Los bebes desobedientes lo hacen bien
La llaman "la edad terrible", pero un poco de enojo y resistencia en el bebé pueden ser buenos, afirmaron investigadores.
En un estudio sobre niños de 14 a 27 meses de edad, científicos hallaron que aquellos con madres "sensibles" y positivas durante el juego se volvían desafiantes cuando sus madres les decían que había terminado el tiempo de jugar.
En cambio, el enojo evidente fue menos frecuente entre los bebés de mujeres con síntomas de depresión y menos positivas durante el juego.
Los resultados, señalaron los investigadores, indican que los enojos a esa edad no son señal de "mal comportamiento" o malos cuidados, sino de una etapa normal del desarrollo.
El desafío demostraría que un niño comprende que controla situaciones, explicó el autor principal, el doctor Theodore Dix, profesor asociado de Ciencias del Desarrollo Humano y la Familia de la University of Texas, en Austin.
"Para muchos bebés, en otras palabras, sería un signo de que se sienten confiados y con poder de decisión", dijo Dix a Reuters Health. Esa autoconfianza, agregó el investigador, ayudaría a explorar más sus palabras.
Eso no quiere decir que haya algo malo en un bebé cooperativo con su entorno. De hecho, el estudio halló que las madres sensibles y positivas suelen tener hijos obedientes.
En cambio, fue la conducta intermedia (ignorar por completo a la madre) la que era potencialmente problemática. Esos niños eran más propensos que los niños desafiantes a tener una madre con síntomas depresivos.
"Pensamos que esto se debe a que los hijos de mujeres deprimidas aprenden a ser pasivos e ignoran cómo desarrollar la autoconfianza y ser positivos", dijo Dix.
La teoría, explicó el autor, es que cuando las madres están deprimidas generarían un entorno menos predecible y sus hijos no desarrollarían un fuerte sentido de control.
Los resultados, publicados en la revista Child Development, surgieron de interacciones filmadas entre 119 pares de madres e hijos de 1 a 2 años de edad.
Los niños recibieron juguetes para usar, mientras sus madres debían interactuar con ellos como lo harían normalmente y luego pedirles que dejen los juguetes cuando terminaba el tiempo.
Cuando los investigadores analizaron las grabaciones, hallaron que en muchos casos en los que las mujeres tenían una actitud positiva durante el juego (alentar o dejar que el bebé controle el juego), los niños dejaban el juguete sin enojarse.
Por otro lado, muchas madres positivas se enfrentaron con hijos desafiantes.
Mientras que desafiar a los padres es parte del desarrollo del bebé, eso no significa que los padres deban dejarlo pasar, explicó Dix.
Los niños pequeños necesitan aprender a controlar las emociones, algo que los padres pueden cultivar a través de un comportamiento paciente.
Es difícil, para Dix, establecer una edad exacta en la que los padres deben esperar la desaparición de la actitud desafiante. Pero, en general, los niños deberían mostrar más control alrededor de los 3 años y medio.
En un estudio sobre niños de 14 a 27 meses de edad, científicos hallaron que aquellos con madres "sensibles" y positivas durante el juego se volvían desafiantes cuando sus madres les decían que había terminado el tiempo de jugar.
En cambio, el enojo evidente fue menos frecuente entre los bebés de mujeres con síntomas de depresión y menos positivas durante el juego.
Los resultados, señalaron los investigadores, indican que los enojos a esa edad no son señal de "mal comportamiento" o malos cuidados, sino de una etapa normal del desarrollo.
El desafío demostraría que un niño comprende que controla situaciones, explicó el autor principal, el doctor Theodore Dix, profesor asociado de Ciencias del Desarrollo Humano y la Familia de la University of Texas, en Austin.
"Para muchos bebés, en otras palabras, sería un signo de que se sienten confiados y con poder de decisión", dijo Dix a Reuters Health. Esa autoconfianza, agregó el investigador, ayudaría a explorar más sus palabras.
Eso no quiere decir que haya algo malo en un bebé cooperativo con su entorno. De hecho, el estudio halló que las madres sensibles y positivas suelen tener hijos obedientes.
En cambio, fue la conducta intermedia (ignorar por completo a la madre) la que era potencialmente problemática. Esos niños eran más propensos que los niños desafiantes a tener una madre con síntomas depresivos.
"Pensamos que esto se debe a que los hijos de mujeres deprimidas aprenden a ser pasivos e ignoran cómo desarrollar la autoconfianza y ser positivos", dijo Dix.
La teoría, explicó el autor, es que cuando las madres están deprimidas generarían un entorno menos predecible y sus hijos no desarrollarían un fuerte sentido de control.
Los resultados, publicados en la revista Child Development, surgieron de interacciones filmadas entre 119 pares de madres e hijos de 1 a 2 años de edad.
Los niños recibieron juguetes para usar, mientras sus madres debían interactuar con ellos como lo harían normalmente y luego pedirles que dejen los juguetes cuando terminaba el tiempo.
Cuando los investigadores analizaron las grabaciones, hallaron que en muchos casos en los que las mujeres tenían una actitud positiva durante el juego (alentar o dejar que el bebé controle el juego), los niños dejaban el juguete sin enojarse.
Por otro lado, muchas madres positivas se enfrentaron con hijos desafiantes.
Mientras que desafiar a los padres es parte del desarrollo del bebé, eso no significa que los padres deban dejarlo pasar, explicó Dix.
Los niños pequeños necesitan aprender a controlar las emociones, algo que los padres pueden cultivar a través de un comportamiento paciente.
Es difícil, para Dix, establecer una edad exacta en la que los padres deben esperar la desaparición de la actitud desafiante. Pero, en general, los niños deberían mostrar más control alrededor de los 3 años y medio.
Añadir nuevo comentario