Las petroleras han intentado ocultar las evidencias sobre el cambio climático
«A las diez de la mañana estaba previsto el comienzo de la rueda de prensa en la que había que explicar el informe de la ONU sobre el cambio climático. Una hora antes, a las nueve, seguían las discusiones, sobre todo propiciadas por la delegación de China y Arabia Saudí. Hubo un momento en el que se pensó que no se iba a poder sacar adelante el estudio, todo eran problemas por parte de los políticos». Este relato, que cuenta la responsable de Greenpeace, Raquel Montón, escenifica el grado de discrepancia que en torno a la cumbre realizada en Bruselas tuvieron científicos y políticos. Tanto, que Montón califica la frase que dijo uno de los expertos medioambientales como clarificadora: «Ha sido un acto de vandalismo científico».
Y es que según asociaciones ecologistas, los representantes políticos lucharon durante toda la jornada por «exigir que se aclarara cada punto, quitar frases que les resultaban incómodas para sus intereses o, al menos, suavizar algunas de las informaciones que se plasmaban en el informe», dicen desde Adena. La situación estuvo a punto de echar al traste el consenso.
Los «eco-dólares» del petróleo
¿Por qué luchar contra la evidencia del calentamiento? En los últimos años -aún hoy algunas empresas y gobiernos lo mantienen en contra de la opinión científica generalizada- se ha intentado desviar la atención sobre este grave problema. «Muchos mantienen que se trata de un ciclo natural y no de un proceso relacionado con la contaminación», explicaba Juan Negrillo, experto medioambiental.
Intereses económicos, relacionados, por ejemplo, con el petróleo, están en juego. La posición de Arabia Saudí en la cumbre estaba, de hecho, relacionada con este punto. «Exigieron que se quitara un gráfico en el que se hablaba de la vinculación del calentamiento y los combustibles fósiles. Al final no lo consiguieron», explica Montón.
El propio ex vicepresidente de los EE UU, Al Gore, denunció ayer el gasto de las petroleras para ocultar las evidencias. «Algunos de los contaminadores más grandes del mundo, como la multinacional Exxon Mobil, gastan millones de dólares al año para confundir a la gente a propósito», denunció.
La disputa se ha trasladado también entre los países productores de crudo y el resto. Los primeros ven con preocupación como se puede cerrar el grifo de su «maná negro» y sustituirse por bioetanol (combustible ecológico que se elabora con maíz). El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acusó recientemente al presidente de Brasil, Lula Da Silva, de cooperar con EE UU en este propósito. Brasil se ha convertido en uno de los mayores productores de bioetanol. La lucha económica entre los que les conviene que se demonice el crudo y los que no, está ya encima de la mesa. Aquí los dólares van de la mano de un argumento más social, la ecología. De un plumazo se puede sacar del mapa a los que hasta ahora controlan el combustible del mundo entero.
El «tajo» norteamericano
Los norteamericanos también exigieron que se borraran partes del estudio. Eliminaron del informe algunos párrafos que se referían a las graves consecuencias que puede tener el calentamiento en su país. Sin embargo, la guerra ya se ha planteado en casa. Estados y ciudades de EE UU sí se han adherido a Kyoto y sí están asumiendo compromisos con el calentamiento. Entre estos, el estado de California, cuyo gobernador, Arnold Schwarzenegger, informó ayer de que participará en la conferencia del Partido Conservador Británico para hablar del calentamiento.
La posición de China, Rusia e India también fue de poner trabas al informe. «Para las economías que están creciendo es un problema difícil. Su producción industrial es muy fuerte pero está anticuada. No tienen tecnología aún para paliar los gases que lanzan a la atmósfera. Su posición es la de esperar a que los países occidentales les cedan parte de su tecnología ya que se trata de un problema que afecta a todos», explicaba Negrillo. No lo harán si se pone en riesgo su espectacular balanza económica.
Y es que para muchos el calentamiento es un problema económico. La ONU advierte: «Mucho más dinero costará paliar el desastre».
Fuente: La Razón
Y es que según asociaciones ecologistas, los representantes políticos lucharon durante toda la jornada por «exigir que se aclarara cada punto, quitar frases que les resultaban incómodas para sus intereses o, al menos, suavizar algunas de las informaciones que se plasmaban en el informe», dicen desde Adena. La situación estuvo a punto de echar al traste el consenso.
Los «eco-dólares» del petróleo
¿Por qué luchar contra la evidencia del calentamiento? En los últimos años -aún hoy algunas empresas y gobiernos lo mantienen en contra de la opinión científica generalizada- se ha intentado desviar la atención sobre este grave problema. «Muchos mantienen que se trata de un ciclo natural y no de un proceso relacionado con la contaminación», explicaba Juan Negrillo, experto medioambiental.
Intereses económicos, relacionados, por ejemplo, con el petróleo, están en juego. La posición de Arabia Saudí en la cumbre estaba, de hecho, relacionada con este punto. «Exigieron que se quitara un gráfico en el que se hablaba de la vinculación del calentamiento y los combustibles fósiles. Al final no lo consiguieron», explica Montón.
El propio ex vicepresidente de los EE UU, Al Gore, denunció ayer el gasto de las petroleras para ocultar las evidencias. «Algunos de los contaminadores más grandes del mundo, como la multinacional Exxon Mobil, gastan millones de dólares al año para confundir a la gente a propósito», denunció.
La disputa se ha trasladado también entre los países productores de crudo y el resto. Los primeros ven con preocupación como se puede cerrar el grifo de su «maná negro» y sustituirse por bioetanol (combustible ecológico que se elabora con maíz). El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acusó recientemente al presidente de Brasil, Lula Da Silva, de cooperar con EE UU en este propósito. Brasil se ha convertido en uno de los mayores productores de bioetanol. La lucha económica entre los que les conviene que se demonice el crudo y los que no, está ya encima de la mesa. Aquí los dólares van de la mano de un argumento más social, la ecología. De un plumazo se puede sacar del mapa a los que hasta ahora controlan el combustible del mundo entero.
El «tajo» norteamericano
Los norteamericanos también exigieron que se borraran partes del estudio. Eliminaron del informe algunos párrafos que se referían a las graves consecuencias que puede tener el calentamiento en su país. Sin embargo, la guerra ya se ha planteado en casa. Estados y ciudades de EE UU sí se han adherido a Kyoto y sí están asumiendo compromisos con el calentamiento. Entre estos, el estado de California, cuyo gobernador, Arnold Schwarzenegger, informó ayer de que participará en la conferencia del Partido Conservador Británico para hablar del calentamiento.
La posición de China, Rusia e India también fue de poner trabas al informe. «Para las economías que están creciendo es un problema difícil. Su producción industrial es muy fuerte pero está anticuada. No tienen tecnología aún para paliar los gases que lanzan a la atmósfera. Su posición es la de esperar a que los países occidentales les cedan parte de su tecnología ya que se trata de un problema que afecta a todos», explicaba Negrillo. No lo harán si se pone en riesgo su espectacular balanza económica.
Y es que para muchos el calentamiento es un problema económico. La ONU advierte: «Mucho más dinero costará paliar el desastre».
Fuente: La Razón
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