La nueva arca de Noé que salvará a la Humanidad del cambio climático es la conciencia ambiental. La organización ecologista Greenpeace la está construyendo en el monte Ararat, a 2.500 metros de altitud, para advertir a los líderes de los principales países del mundo del peligro de una catástrofe planetaria debido al cambio climático con motivo de la próxima cumbre del G8. El barco, que se inaugurará el 31 de mayo, se reciclará luego como refugio de montaña.

"Nos encontramos al borde de un segundo diluvio universal. Pero todavía no es demasiado tarde. Si todas las naciones de la Tierra, con los países industrializados a la cabeza, iniciamos un giro en favor del medio ambiente se podrá evitar la catástrofe", ha señalado Andree Böhling, experto en energía de Greenpeace.

Añadió que "los políticos deben asumir su responsabilidad y no pueden seguir mirando como el mundo amenaza con verse sumergido en mareas, tormentas e inundaciones, mientras cientos de miles de personas pierden sus hogares, plantas y animales se extinguen y se extienden las enfermedades y las sequías".

Después de recordar el reciente informe del consejo medioambiental de la ONU sobre los acuciantes peligros del cambio climático, el portavoz de Greenpeace dijo que las naciones más industrializadas deben comprometerse a reducir sus emisiones contaminantes y aprobar un protocolo más amplio que el de Kioto.

"Tras muchas promesas incumplidas, en la cumbre del G8 en Heiligendamm deben producirse de una vez por todas hechos", afirmó Böhling, quien exigió que los países industrializados reduzcan sus emisiones en un 30 por ciento hasta 2030 y en un 80 por ciento en 2050 frente a 1990.

Una caravana de 40 caballos ha trasladado desde el pie del monte Ararat en Turquía hasta una altura de 2.500 metros un total de doce metros cúbicos de piezas de madera para construir el Arca del siglo XXI. La nave tendrá diez metros de largo por cuatro de ancho y cuatro de alto. Veinte carpinteros alemanes y turcos se encargan de construirla.

El 31 de mayo se inaugurará el arca con la lectura de una declaración contra el cambio climático y después de que un grupo internacional de alpinistas corone la cumbre del monte Ararat, de 5.137 metros de altitud, para exigir que los líderes mundiales se preocupen de la protección del medio ambiente.