El método Buteyko sirve para tratar problemas respiratorios
El método fue desarrollado en la década de los 50 por el científico ruso Konstantin Buteyko.
Consiste en una serie de ejercicios diseñados para reeducar los patrones de respiración.
El método Buteyko parte del supuesto de que el asma es un desorden respiratorio que se desarrolla al hiperventilar, incluso durante un ataque. Lo normal es inspirar de 4 a 6 litros de aire por minuto, en cambio los asmáticos respiran de 10 a 15 litros. Al hiperventilar, se elimina demasiado CO2. Al no tener suficiente CO2 en sangre, los glóbulos rojos no pueden liberar el oxígeno.
Si se controla la hiperventilación y se normaliza la respiración, se podrá superar un ataque y estaremos en camino de aliviar los sín- tomas del asma. Los terapeutas de este método sostienen que, tras dos o tres días de tratamiento, la medicación puede reducirse entre un 40 y un 50 por ciento: y después de varios días más, en un 80 por ciento.
Los ejercicios respiratorios Buteyko son complejos y deben ser explicados por un terapeuta competente. Hacen falta entre tres y cinco clases de hora y media. Si no se tiene acceso a algún terapeuta, es posible intentar seguir los principales pasos, descritos a continuación.
Se comienza realizando la pausa de control. Es el tiempo que se es capaz de aguantar la respiración sin agobios e indica si se está hiperventilando. Para medir la pausa el paciente debe sentarse cómodamente en una silla con el respaldo recto, relajarse y espirar. Se inspira con suavidad, se vuelve a espirar y se tapa la nariz con la mano. Se aguanta la respiración hasta que se sienta incómodo. Si aguanta la respiración durante un minuto es excelente. Una pausa de 40-60 segundos indica que la salud es buena. Si aguanta la respiración 30 segundos, sufre asma moderada y si sólo está 10 segundos, el asma es severa.
El segundo día se continúa con la pausa de control. Si se combate la necesidad de coger aire, la pausa será cada día más larga. Hay que adquirir la costumbre de practicar cuatro pausas largas y dos medianas, separadas por intervalos de tres minutos de respiración superficial, cuatro veces al día. Con el tiempo, la respiración volverá a la normalidad deseable.
Cómo hacerlo bien
• Hay que procurar respirar siempre a través de la nariz. Si la nariz está congestionada por el asma, aguantar la respiración y respirar profundamente podrían despejarla.
• No conviene tumbarse a no ser que se tenga mucho sueño, porque tumbado aumentan las respiraciones. Es mucho más recomendable sentarse erguido en una silla para leer.
• Se debe fijar la concentración en la necesidad de respirar menos, no más.
• No hay que dejar de usar el tratamiento que se esté siguiendo contra el asma. A medida que se progrese con esta técnica se puede reajustar la dosis de acuerdo con el terapeuta y consultándolo con el médico.