Banca ética y sostenible

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Cada vez son más las personas que se preguntan qué hace el banco con su dinero.

Esta crisis demuestra la necesidad de una nueva banca, socialmente responsable y transparente, que permita iniciar el cambio hacia una economía diferente.

EcoGR, empresa de productos ecológicos, despegó con un crédito de Triodos Bank.

La crisis no es solo financiera, es una crisis sobre cómo gestionamos los recursos, la consciencia de nuestras decisiones diarias. Como decía un escritor hace poco, sin crisis no hay cambio, es en las crisis donde surgen la genialidad, la necesidad de innovar, hacer un uso eficiente de los recursos. Y estamos en una situación económica, social y ecológica en que es necesario innovar”. Quien así habla es un banquero, pero un banquero diferente: Esteban Barroso, el director general de Triodos-España, la institución que trajo a nuestro país, hace siete años, el concepto de banca ética y sostenible. Ahora que la rabia de millones de damnificados de esta crisis se vuelve hacia esas discutibles instituciones que, con sus artificios contables, iniciaron la actual situación, se demuestra la necesidad de una nueva banca para una economía diferente. Y mucha gente no se limita a reivindicar, sino que actúa y, con decisiones de la vida diaria aparentemente nimias, están propiciando cambios insospechados en las finanzas y la economía.

Triodos es el primer beneficiado de todo esto. Es la entidad con mayor volumen de negocio dentro del sector de la banca ética española. Sus cifras de crecimiento siguen una evolución muy positiva: en 2011, su balance total en España creció un 29 por ciento (hasta alcanzar los 633 millones de euros). Del mismo modo, los fondos confiados de clientes aumentaron un 58 %, y permitieron incrementar un 23 % la cartera de créditos destinados a iniciativas y empresas con un impacto positivo par las personas y el medio ambiente (564 millones de euros). Pero el dato más relevante es que el número de clientes de Triodos en España pasó de 29.000 en 2010 a 61.000 en 2011, lo que corresponde a un aumento del 110 por ciento. Se trata de una cifra espectacular que significa muchos más créditos para proyectos ecológicos, empresas sociales o iniciativas educativas. Y mucha más gente que quiere que su banco actúe en esa dirección y no en la de financiar ladrillo, oficinas de lotería o industria química.

Es justo que la gente pregunte al banco qué va a hacer con sus ahorros

“Todo el mundo sabe que cuando ingresa su nómina está prestando dinero al banco –explica el director de Triodos– y es justo que la gente pregunte al banco qué va a hacer con ese dinero. Y cada vez son más las personas que se preguntan qué hace el banco con su dinero, además de las preguntas clásicas de rentabilidad, seguridad y liquidez”.

Jorge Seligmann es una de esas personas se ha beneficiado de esa nueva pregunta que se hacen hoy muchas más personas. Su empresa, EcoGR, elabora en Ciempozuelos (Madrid) frutos secos tostados, naturales y caramelizados, así como semillas naturales. Desde 2007 toda su producción es ecológica y basada en el comercio justo. Buena parte de la maquinaria necesaria en todos estos procesos se ha adquirido en los últimos años con financiación de Triodos Bank. “La relación con Triodos –explica este promotor de origen argentino al que la palabra crisis no asusta demasiado– es espectacular, he trabajado con tres bancos y recomiendo siempre a Triodos. Pienso que hay que apoyar a este tipo de banca que invierte donde casi todo el mundo piensa que es bueno invertir”. ¿Y el negocio? “La empresa va creciendo –contesta–, estamos vendiendo en Asia y en el resto de Europa, además de España, aunque está todo muy duro, sufrimos mucho la crisis porque los márgenes son pequeños en el mercado ecológico y, cuando la gente no tiene dinero, prefiere comprar algo más barato y de no tanta calidad. Pero, bueno, nos defendemos: la crisis es dura pero se puede sobrevivir”.

Biomundo es una empresa madrileña que distribuye frutas y verduras ecológicas frescas y envasadas. Pese a lo difícil que resulta en España abrirse paso en el mercado alimentario con producción ecológica, van camino de los 20 años de actividad y distribuyen hoy a más de 400 puntos de venta. “Somos clientes de Triodos tanto en el activo como en el pasivo –explica Carlos Montalvo, director de la empresa–, llevamos ahí nuestros ahorros y, cuando hemos necesitado financiación para comprar instalaciones o maquinaria de transformación y envasado, hemos acudido a ellos”. ¿Y su opinión sobre este tipo de banca? “Realmente son gente seria, muy transparente y valoran la palabra de uno, y a nosotros también nos vale su palabra. Es una banca que recibe ahorros y los invierte en proyectos útiles, eso no lo hacen otros bancos”. Su visión de los negocios y su gestión de la crisis hacen a Biomundo encarar el presente de una forma envidiable. “Vendemos a tiendas de productos ecológicos y herbolarios –añade Montalvo–, así como a algunos restaurantes de comida ecológica, y nos va bien. Nuestros clientes son bastante fieles y hemos conseguido que no bajen las ventas y que no nos afecte mucho la crisis”.   

“Nuestra apreciación –concluye Esteban Barroso– es que esta nueva forma de entender la banca es una tendencia imparable y lo natural es seguir creciendo y estamos convencidos de que surgirán otras iniciativas como la nuestra”.

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Fundación Fiare

Otro agente más que interesante en esta revolución financiera que es la banca sostenible se llama Fundación para la Inversión y el Ahorro Responsable. FIARE fue creada en 2003 por 52 organizaciones de cooperación internacional, reinserción social, comercio justo, agricultura ecológica y otras para financiar la economía social en el País Vasco. Hoy son más de 600 las entidades que se han sumado en toda España a un proyecto que ha pasado de fundación a sociedad limitada, aunque una sociedad limitada muy especial: sus socios son las redes territoriales (FIARE Navarra, FIARE Cataluña, etcétera) de asociaciones de toda España. En 2013, esperan darse de alta como cooperativa de crédito reconocida por el Banco de España o por el Banco Central Europeo. Para ello, se exige un capital social de dos millones de euros y otros 18 millones en depósitos, una verdadera fortuna que va a exigir el máximo del tejido asociativo español. De conseguirse el objetivo, el salto de calidad que daría ese mundo asociativo, así como las empresas de economía social o las firmas de sectores verdes sería verdaderamente histórico.

Mientras tanto, FIARE realiza operativa bancaria como agente territorial en España de la Banca Popolare Ética (BpE) de Italia, el otro referente en Europa de las finanzas solidarias. Y tiene oficinas adonde acudir para llevar ahorros o para pedir un crédito en las tres capitales vascas (el proyecto surgió en 2001 en Vizcaya y sigue siendo en esa comunidad donde está más arraigado), Pamplona, Barcelona y Madrid. Además, hay constituidos más de 30 grupos de implantación local que dinamizan e informan del proyecto aunque, por ahora, no hacen actividad financiera como tal.

Solo prestamos apoyo a proyectos que tratan de regenerar la sociedad con soluciones justas para todos

Las seis oficinas con licencia bancaria BpE han concedido financiación, por ejemplo, para un colegio en Costa de Marfil necesitado de reformas, una empresa de agricultura ecológica de las Merindades burgalesas, una empresa vallisoletana de comercialización y reparto de productos bio, un centro de atención a seropositivos en Andalucía, una finca en Lumbier (Navarra) dedicada a cultivar ecológicamente plantas aromáticas y medicinales o una cooperativa de vivienda social en Barcelona. 

“La gente puede pedir un crédito –advierte Peru Sasia, director de FIARE- si forma parte de nuestros criterios de selección de sostenibilidad y justicia. ¿Qué criterios? Solo prestamos apoyo a proyectos que tratan de regenerar la sociedad con soluciones justas para todos, que luchan contra la exclusión social, que son cooperación al desarrollo y comercio justo, iniciativas de agroecología (incluidos proyectos de energías renovables) o aquellas que persiguen un trabajo cultural, de investigación y demás para construir valores que hagan nuestra sociedad un poco más justa”.

Por lo demás, la respuesta de la gente es más que esperanzadora. En el último año, en pleno ajuste de las entidades bancarias, los préstamos concedidos por la entidad crecieron un 33%, hasta alcanzar los 8,2 millones de euros, en parte  porque las otras entidades han cerrado el grifo de los créditos a proyectos sostenibles o sociales. Pero lo más esperanzador es que, en medio de una crisis en la que los socios de FIARE temían que se retirase buena parte de los fondos por necesidades de las entidades sociales, al contrario, el ahorro depositado en sus oficinas ha crecido un 34%.

 

El triunfo de la buena gestión

A pesar de la mala situación que vive el sector económico y financiero, la banca ética sigue creciendo y consolidándose. Según el balance publicado por FETS-Financiación Ética Solidaria, el conjunto de finanzas éticas del estado español mantuvo en 2011 la evolución positiva que viene experimentando en los últimos años.

Se registró un aumento del 54% de los depósitos (hasta alcanzar los 575 millones de euros) y del 24% en el caso de los créditos concedidos (que han superado los 600 millones de euros). Del mismo modo, la morosidad dentro del sistema de banca ética fue, una vez más, inferior a la del conjunto del sistema financiero español: mientras que en el sector de la banca ética la morosidad se sitúa alrededor del 2 %, en el sistema financiero tradicional alcanza el  7,6 %.

Estos datos demuestran la buena gestión que realizan las entidades de banca ética a la hora de conceder créditos y de captar depósitos.