Aprovechar el agua de lluvia
Cómo recogerla y qué podemos hacer con esa agua.
El agua es un bien esencial pero escaso. Sin embargo, desperdiciamos todo el agua que el cielo nos regala en forma de lluvia, que es limpia y pura, no contiene cal ni cloro y es gratis. Aprovechar este valioso recurso es fácil si dispones de espacio. Basta con instalar un depósito que la recoja. También hay sistemas más sofisticados para gran capacidad.
Usos del agua de lluvia. Una gran parte de las actividades del hogar en las que se emplea agua se pueden realizar con agua de lluvia. Puedes utilizarla para todos los usos que no requieren agua potable, como la cisterna del inodoro, la lavadora, la limpieza, la plancha, lavar los platos, el coche o el suelo y, sobre todo, para el riego del jardín y del huerto.
Menos gasto. Solo en el jardín, solemos gastar una media de 450 litros por m2 y año. Si tenemos en cuenta que en las zonas de España más secas se consiguen entre 200 y 400 litros/m2 y año y en las húmedas más de 1.000, con un depósito sencillo, ya ahorramos el agua que usamos en el riego de las macetas. Con los grandes aljibes soterrados, puedes usarla en toda la casa y ahorrarás hasta el 50% del agua potable: en la cisterna, 8.800 litros por persona y año; en la lavadora, 3.700; y en la limpieza general, 1.000. En el hogar hay un consumo medio de 150 litros por día de agua potable, así que con una buena planificación de recogida del agua de lluvia y con los depósitos adecuados, solo gastaremos unos 75 litros por día, los necesarios para cocinar y beber, para la ducha y la higiene personal o el lavavajillas. Además, como el agua no contiene cal ni cloro, evitamos los problemas de cal de la lavadora y ahorramos en detergente y suavizante para la colada.
Grandes aljibes. La fórmula más sencilla es instalar un depósito en el jardín o terraza conectado a los bajantes del tejado. En el mercado hay un gran surtido de depósitos decorativos, fáciles de montar y que pueden quedar disimulados. Los hay con forma de barril, de ánfora, de columna o simulando las piedras o ladrillos de la pared. También flexibles, como gigantescas bolsas. Los más económicos, los grandes depósitos que se usan habitualmente en las obras para almacenar agua, llevar gasoil, etc. Se puede elegir la capacidad en función de las necesidades y del espacio de que dispongamos: desde los de 200 litros hasta los de 800. Generalmente incluyen un práctico grifo. Otro complemento que habrá que añadir es un filtro para los bajantes.