Armonizando el triple calentador
El taichí regula el flujo de la energía vital, lo que redunda en un buen funcionamiento general de los órganos y los sistemas corporales.
Esta breve técnica —una secuencia de sólo dos posturas— activa la circulación del llamado “triple calentador”, que sintetiza y distribuye la energía por todo el cuerpo. Un practicante experimentado puede llegar a sentir como el calor llena el cuerpo partiendo desde las entrañas. La práctica de secuencias completas, de la mano de un maestro si es posible, consigue los mejores resultados.
Lo ideal es realizar el ejercicio al aire libre, en silencio, con el sol detrás y un árbol o varios delante.
• La primera postura es “wu chi” y se trata de imitar la dignidad de un árbol. Hay que colocarse con los pies separados el ancho de los hombros, los brazos descansando a los costados del cuerpo, el mentón un poco metido hacia adentro y la pelvis suavemente basculada de manera que se atenúe la curvatura lumbar. Las rodillas están ligeramente flexionadas.
• Se permanece relajado, sin pensamientos que molesten, sólo observando, sintiendo el cuerpo.
• Nos concentramos en el punto situado tres dedos por debajo del ombligo (“tan tien”) y se hacen nueve respiraciones profundas y lentas antes de pasar al próximo paso.
• A continuación se flexionan ligeramente las rodillas, con la espalda recta y sin sacar las nalgas, y se cruzan las manos por delante del abdomen con las palmas mirando hacia arriba.
• Se elevan al mismo tiempo las manos y el tronco. Los pulmones se llenan al tiempo que ascendemos inspirando. Al llegar al pecho las palmas giran hacia el cuerpo para orientarse hacia el cielo.
• Seguimos levantando las palmas al tiempo que elevamos los talones. Finalmente “sostenemos el cielo” con el cuerpo totalmente estirado.
• Se abren lentamente los brazos hacia los lados como un pájaro que despliega sus alas, en un círculo amplio. Mientras se espira al ritmo de los brazos.
• Repetir el ejercicio 9 veces.
Recuerda que para obtener los máximos beneficios del taichí es necesario aprender las secuencias básicas de movimientos de manos de un maestro experimentado y practicar cada día.