La CUMBRE DE LA BIODIVERSIDAD se enfrenta al fracaso de las políticas contra la extinción de especies
Hoy se inicia la gran conferencia internacional sobre la biodiversidad en Nagoya (Japón). Su principal objetivo es determinar objetivos estratégicos para frenar la alarmante tasa de extinción de especies y la destrucción del medio ambiente.
Delegados de 193 estados, líderes económicos y organizaciones no gubernamentales se reúnen en la que oficialmente se llama Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (CBD) y que se extenderá hasta el 29 de octubre.
La CBD, que se creó en 1992 en la Cumbre sobre la Tierra en Río de Janeiro, junto con la convención sobre cambio climático de Naciones Unidos, tiene tres objetivos principales: conservar la diversidad biológica, utilizar la diversidad biológica de manera sustentable y compartir los beneficios de los recursos genéticos de forma justa y equitativa.
Pero los países desarrollados y los menos desarrollados están divididos respecto de algunas de las cuestiones principales, por lo que hay gran preocupación respecto de que estas fracturas pudieran estancar las conversaciones como ocurrió en diálogos anteriores. En 2002, las partes prometieron reducir la tasa de pérdida de biodiversidad "significativamente" hasta 2010 para aliviar la pobreza y beneficiar toda la vida en la Tierra. Sin embargo, esas metas no se han cumplido.
"Es obvio que la comunidad mundial fracasó en cumplir con ese objetivo", dijo Jochen Flasbarth, presidente de la novena Conferencia y director del departamento de protección de la naturaleza y uso sostenible del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania. "Seguimos perdiendo la diversidad, la riqueza, la belleza y el capital de nuestro planeta".
"Lo que el mundo quiere de Nagoya son acuerdos que detengan la dramática pérdida de riqueza viva en el mundo y la contínua erosión de los sistemas que sostienen nuestra vida", dijo Jim Leape, director general de la organización WWF.
Delegados de 193 estados, líderes económicos y organizaciones no gubernamentales se reúnen en la que oficialmente se llama Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (CBD) y que se extenderá hasta el 29 de octubre.
La CBD, que se creó en 1992 en la Cumbre sobre la Tierra en Río de Janeiro, junto con la convención sobre cambio climático de Naciones Unidos, tiene tres objetivos principales: conservar la diversidad biológica, utilizar la diversidad biológica de manera sustentable y compartir los beneficios de los recursos genéticos de forma justa y equitativa.
Pero los países desarrollados y los menos desarrollados están divididos respecto de algunas de las cuestiones principales, por lo que hay gran preocupación respecto de que estas fracturas pudieran estancar las conversaciones como ocurrió en diálogos anteriores. En 2002, las partes prometieron reducir la tasa de pérdida de biodiversidad "significativamente" hasta 2010 para aliviar la pobreza y beneficiar toda la vida en la Tierra. Sin embargo, esas metas no se han cumplido.
"Es obvio que la comunidad mundial fracasó en cumplir con ese objetivo", dijo Jochen Flasbarth, presidente de la novena Conferencia y director del departamento de protección de la naturaleza y uso sostenible del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania. "Seguimos perdiendo la diversidad, la riqueza, la belleza y el capital de nuestro planeta".
"Lo que el mundo quiere de Nagoya son acuerdos que detengan la dramática pérdida de riqueza viva en el mundo y la contínua erosión de los sistemas que sostienen nuestra vida", dijo Jim Leape, director general de la organización WWF.
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