El tamaño sí importa
Ya sé que esta expresión se utiliza en otros ámbitos muy diferentes al que quiero referirme aquí.
La idea del titular me ha venido por el alarde informativo en torno al accidente de la muerte de cuatro jóvenes en Madrid en un acontecimiento festivo con motivo del Halloween. Para mí es evidente que si, en vez de esta macrofiesta con 10.000 jóvenes, hubiera habido 100 fiestas con 100 jóvenes cada una este “accidente” no hubiera tenido lugar y se hubieran ahorrado cuatro vidas humanas.
Al margen del argumento principal, no puedo resistirme a hacer mi comentario sobre el concepto de Halloween en relación con la fiesta del 1-2 de Noviembre y mi propia experiencia de niño en mi pueblo en Extremadura. Allí, en aquellos tiempos que ya parecen muy lejanos, mi madre y/o mi abuela nos preparaban una taleguita en la que nos ponían unos higos pasados, unas nueces y unas castañas, y los “zagales” y “zagalas” íbamos a los alrededores del cementerio y, allí, además de jugar, comíamos estas “chuches” propias del otoño. ¡Cómo estamos cambiando!
Pero yo quería entrar en otras cuestiones a propósito del tamaño. Resulta que me parece que muchos de los males que ahora (¿de pronto?) nos aquejan vienen originados por el excesivo tamaño de muchas de las empresas que nos rodean. Es cierto que, como dice la copla, “el que más tiene quiere tener más”, pero cuando el tamaño es limitado, los efectos también lo son.
Y como también es cierto que “el pez grande se come al chico”, los diferentes sectores económicos se van concretando en empresas y corporaciones cada vez más grandes y más insaciables. Al ser tan grandes, se hacen incontrolables por los gobiernos, compran sus decisiones y, en el colmo del abuso, al tener tanto poder, compran a los medios de comunicación y le “comen el coco” a los consumidores (a todos los ciudadanos en definitiva) con lo cual, estos hacen lo que a ellos les interesa.
Y cuando hay algún obstáculo en sus planes (la entrada de las renovables, por ejemplo, en el sistema eléctrico) cargan contra éstas con todos sus resortes para quitarlas de en medio cuanto antes; salvo que puedan utilizarlas en su beneficio, claro.
Por eso, creo que la salida a la crisis (no entiendo que haya gente que crea que eso es inmediato o, al menos, que ocurrirá a corto plazo) es limitar el tamaño a las empresas, bancos, ciudades, etc.
Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero ya que no tengo poder para hacerlo, por lo menos me desahogo diciéndolo.
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