La familia de Andrea, que murió por la vacuna del papiloma, demanda a Sanidad
La familia de Andrea, la chica de Asturias que murió tras recibir la segunda dosis de la vacuna del papiloma humano, ha demandado a la Sanidad asturiana ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). Los hechos ocurrieron en septiembre de 2012. Al poco de recibir la segunda dosis de Gardasil, Andrea presentó una fuerte crisis de asma. Se me eriza la piel con el relato de su internamiento en Urgencias, los intentos de los médicos por reanimarla y finalmente su desconexión de tubos y aparatos pues ya no se podía hacer nada.
En su demanda el abogado de la familia destaca que en el apartado de reacciones adversas de la vacuna marca Gardasil que le produjo la muerte a la joven pone:
"Muy raras: broncoespasmo”
Es decir, lo que ocurrió estaba advertido.
Otra de las claves está en los ingredientes de la vacuna. Según el fabricante, se incluyen 225 mcg de aluminio (como sulfato de aluminioamorfo hidroxifosfato adyuvante), 0,78 mg de L- histidina, 50 mcg de polisorbato 80, y 35 mcg de borato de sodio.
Sin embargo, estos ingredientes no se enumeran en la hoja de información de los Centros de Control de Enfermedades (CDC), una de las instituciones sanitarias más grandes de Estados Unidos. El público necesita esta información para poder identificar si quienes reciben la vacuna tienen “hipersensibilidad” a cualquiera de los ingredientes y si están en riesgo de sufrir una reacción alérgica grave.
Como apunta la familia en su demanda:
Hipersensibilidad y reacciones alérgicas conocidas son piezas fundamentales de información que deben ser comunicadas a la prescripción de los médicos con el fin dehacer más seguras las posibles decisiones de vacunación”.
También que:
"atendiendo al contenido de la ficha técnica de la vacuna y a los efectos adversos producidos en el suministro de la primera dosis, teniendo constancia el médico de cabecera de los mismos, no debió haberse suministrado la segunda dosis de Gardasil”.
Previamente a todas las agudizaciones asmáticas, que Andrea había sufrido y que requirieron asistencia médica, la paciente había recibido la primera dosis de Gardasil lo que muy probablemente desestabilizó su asma bronquial que fue empeorando progresivamente en los días posteriores a la primera vacunación. Quizás lo más importante sea destacar que la joven había ESTADOestable antes de la vacunación. Y consta que no requirió atención médica por empeoramiento del asma entre 2010 y finales de julio de 2012, después de la primera vacunación.
Los síntomas de empeoramiento de asma se iniciaron de manera súbita. El abogado añade:
"Pero no le interesa a la Administración Autonómica reconocer sus errores, ni saber qué sucedió exactamente ese día, ¿por qué motivo? porque saben perfectamente que les perjudicaría y deberían indemnizar a los padres de Andrea, pero en esta sociedad el sector público parece desconocer los valores morales y éticos, viviendo de espaldas a la sociedad y beneficiando, en todo lo posible a sus propios intereses”.
Y esta es otra de las claves del caso, las coartadas de la Adminstración que ha intentado en todo momento hacer creer que no hay relación de causalidad entre la inyección de la vacuna y la muerte de Andrea. El Gobierno de Asturias obstaculizó desde el principio la investigación del suceso. Por ello, buena parte del texto jurídico está dedicada a desmontar las excusas de Sanidad. Los responsables de la misma han contradicho incluso los informes del Centro de Farmacovigilancia de Asturias que sí apuntan a la relación de causalidad.
Otro asunto muy grave es que no hubo consentimiento informado a los padres de Andrea, algo que suele ocurrir cuando se trata de vacunas y eso que en caso de inetrvenciones sanitarias en las que puede haber una “previsible repercusión negativa” el consentimiento ha de ser por escrito.
Por todo ello y más, la familia pide Justicia y una indemnización por los daños irreparables causados.
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