Lugares de poder: a la búsqueda de fuentes de salud y energía natural
Una pequeña capilla en lo alto de un monte, formaciones rocosas extrañas o cascadas de agua pueden ser lugares con una energía especial.
Los lugares de poder han sido buscados y utilizados por todas las culturas antiguas. Los animales también los sienten y los conocen.
Los lugares de poder son fruto de una conjunción energética entre Tierra y Cosmos, se encuentran en líneas de fuerza que se extiende por todos los continentes. Cada región y cada país fluctúa en medio de un océano de energía vital. Nuestro espacio sobre la superficie terrestre es penetrado por radiaciones electromagnéticas que oscilan millones de veces por segundo.
Las personas que están en estrecha comunión con la naturaleza conocen desde siempre las propiedades de los lugares de poder y las han utilizado para curar o para favorer estados alterados de conciencia.
Existen lugares donde tanto las personas como los animales y las plantas se sienten especialmente bien. Algunos autores sugieren que estos sitios están conectados por las llamadas "líneas ley". Se trataría de meridianos por los que fluiría energía vital pulsante y que recorrerían el paisaje de manera lineal. Pero esta energía no puede ser medida con ninguna tecnología actual. Solo pueden dar fe de ella las personas sensibles y que se han entrenado en su descubrimiento: los zahoríes y radiestesistas. Según algunos expertos, su origen podría encontrarse en los campos generados por los metales candentes que se encuentra en las profundidades de la Tierra.
Lugares con propiedades
La composición geológica es fundamental para un lugar de poder. Según la estructura de las piedras y los minerales, las radiaciones telúricas y cósmicas se absorben y se reflejan de manera diferente.
Un lugar de gran carga se puede encontrar, por ejemplo, a los pies de una cascada. La energía de un remolino de agua es especialmente fuerte. Genera una especie de fuerza eléctrica que convierte a cualquier corriente de agua en un regenerador.
Junto a una cascada aumenta nuestra vitalidad, entre otras cosas porque proliferan los iones con carga eléctrica negativa, que poseen un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo.
Las cuevas fueron mucho más que un refugio para nuestros antepasados. En ellas celebraban rituales de renacimiento y de conocimiento que actualmente solo podemos imaginar.
Las personas sensibles a las energías naturales utilizan péndulos y varillas para favorecer la percepción y descubrir estos lugares. Son las las herramientas del radiestesista que busca agua subterránea. Los lugares de poder –por ejemplo, el coro de las iglesias antiguas– suelen ubicarse sobre corrientes de agua.
Las construcciones sagradas que se erigen en un lugar de poder producen efectos especialmente intensos porque las formas verticales, como las columnas, aumentan la calidad vibratoria y multiplican la energía.
Piedras sagradas, megalitos
Las piedras suelen jugar un papel principal en los lugares de poder. Se emplearon para señalar los primeros lugares sagrados y también como objetos tanto curativos como de poder.
Menhires, hileras de piedras, dólmenes… conforman la cultura megalítica que se desarrolló hace 8.000 años.
En algunos casos compusieron calendarios cósmicos y siempre fueron lugares de culto cuyos detalles no se conocen. Probablemente se realizaban rituales relacionados con la fertilidad o la trascendencia.
Círculos de piedra
Suelen ser construcciones geométricas en forma de círculo exacto. Las piedras a veces están dirigidas con gran precisión a lineas astronómicas y geográficas. Unas hacia salidas de sol, otras hacia puestas y a menudo marcando los equinoccios y solsticios.
Las construcciones megalíticas de Brú na Bóinne (Irlanda), por ejemplo, muestran alineaciones solares de invierno, primavera y otoño.
Piedras agujereadas
A las piedras grandes o pequeñas que tienen un agujero los antiguos les conferían propiedades especiales. En las más grandes se realizaban rituales en los que la gente debía pasar por el agujero purificar el cuerpo y el alma, ganar salud o potenciar la fertilidad.
Montañas
En muchas culturas y en todos los tiempos se han considerado como sagradas montañas con alguna peculiaridad. Tanto de forma objetiva como subjetiv, en las montañas nos encontramos más cerca del cielo, de las estrellas y los dioses.
Desde el punto de vista geomántico, se sabe que a una altura de unos 800 m sobre el nivel del mar ya hay una atmósfera especial. En determinados lugares los senderistas sienten un aumento de su energía.
Árboles milagrosos, robles curativos
Al igual que las montañas, los bosques también tenían connotaciones sagradas para nuestros antepasados. El historiador romano Tácito (60-120 DC) hablaba del culto al bosque de los pueblos antiguos de Europa.
El roble estaba en primer lugar entre los árboles sagrados, luego venía el fresno y la haya.
Sin duda, una de las razones por las viajamos, a menudo sin saberlo, es para encontrar estos lugares especiales. ¿Has encontrado el tuyo?