En 2024, España fue uno de los países más afectados por el cambio climático
España se consolida como uno de los países más afectados por el cambio climático, enfrentando fenómenos meteorológicos extremos que evidencian la urgencia de abordar esta crisis global, como la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que azotó Valencia el 29 de octubre, causando más de 200 muertes y destruyendo infraestructuras.
La dana en Valencia no fue un evento aislado. A lo largo del año, España experimentó una serie de fenómenos climáticos extremos, incluyendo lluvias torrenciales, sequías prolongadas, olas de calor intensas e incendios forestales de gran magnitud. Estos sucesos reflejan una tendencia alarmante hacia condiciones climáticas más severas y frecuentes.
A nivel global, 2024 se registró como el año más cálido desde que existen registros, con una temperatura media que superó en 1,5 grados Celsius los niveles preindustriales. Este hito subraya la aceleración del calentamiento global y cómo afecta a España.
El aumento de la temperatura global tiene repercusiones directas en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. En España, las olas de calor se han vuelto más prolongadas y extensas. Durante el verano de 2024, se registraron dos olas de calor significativas, una de las cuales afectó a 31 provincias y tuvo una duración de 21 días, convirtiéndose en la segunda más larga desde 1961.
Además, la temperatura del mar Mediterráneo alcanzó niveles sin precedentes. La boya marina de Dragonera, ubicada al oeste de Mallorca, registró una temperatura récord de 31,8 grados Celsius, superando el anterior récord de 31,3 grados. Este calentamiento del mar tiene implicaciones graves para los ecosistemas marinos y contribuye a la formación de fenómenos meteorológicos extremos en la región.
La sequía también ha dejado una huella profunda en el país. Regiones como la provincia de Jaén han experimentado una reducción significativa de días fríos en la última década, perdiendo un total de nueve días de invierno. Esta tendencia afecta la agricultura, los recursos hídricos y la biodiversidad local.
La comunidad científica lleva décadas advirtiendo sobre los peligros del cambio climático. Ya en 1856, la científica Eunice Newton Foote estableció la conexión entre los niveles de CO₂ y el aumento de la temperatura atmosférica. Sin embargo, sus descubrimientos fueron ignorados durante más de un siglo.
La situación actual exige una respuesta inmediata y coordinada. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es esencial para mitigar los efectos del cambio climático. Además, es crucial implementar planes de adaptación que permitan a las comunidades enfrentar los desafíos que ya están presentes. Iniciativas como la reforestación de áreas afectadas, el uso de especies autóctonas resistentes a condiciones climáticas extremas y la participación social en la renaturalización de espacios naturales son pasos en la dirección correcta.
La crisis climática no es un problema del futuro; es una realidad que afecta a España y al mundo en el presente. Los fenómenos extremos de 2024 son una llamada de atención sobre la necesidad de actuar con determinación y urgencia. Solo a través de esfuerzos colectivos y políticas efectivas podremos enfrentar los desafíos que el cambio climático impone y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.