Boxeamos y bailamos, meditamos y salimos de noche, leemos y nos reímos, nos motiva el sexo y también cambiarme a mí y al vecino. Somos cielo y somos tierra, espiritualidad y un plato de paella, estamos hechos de soledad y de compartir, porque odiamos separar y nos gusta incluir. 

Nos sentimos eclécticos, con barba y a flor de piel los sentimientos, tan alfas y tan femeninos. Nos encantan los atardeceres naranjas y equivocarnos, la reflexión y una broma al anochecer, hablar y abrazar el silencio, buscar y no encontrar, y la magia de llegar sin siquiera haberlo intentado. 

Porque somos los abanderados del paradigma de la Y, porque nos gusta aquello y lo otro, y lo nuevo no excluye lo clásico, aunque si lo consideramos oportuno y constructivo, no dudamos en rectificarlo. 

Tradición de la mano de la vanguardia, caminar y volar, nos gustan las chicas rubias y las morenas al azar, la madrugada y madrugar, el deporte y despertarnos tarde, ayunar y alimentarnos para disfrutar. 

Porque basta de separar, de escindir y de compartimentar porque todo es válido, esto y lo otro, aquello y lo de más allá, siempre y cuando hacer un hueco sea incluir para enriquecernos y avanzar. Superemos el paradigma de la O, porque yo no soy esto o lo otro, yo soy los dos. 

Tanto el día como la noche, la lluvia como el sol, invierno y verano, una sonrisa, una lágrima, un pequeño grito mudo desde el epicentro de mi corazón. 

Porque basta ya de separar, que yo soy yo -y- yo soy tú, porque cuando te tiendo una mano me la tiendo a mí, porque siento mi pulso a través del tuyo, por eso cuando te echo una mano a ti en realidad por dentro, a mí me ayudo. 

Porque basta ya de separar, porque esta generación más que nunca hemos viajado, hemos leido, hemos probado, nos hemos mezclado, hemos sentido, hemos fracasado, hemos sufrido el engaño, hemos andado por el infierno hasta derribar las barreras mentales y acariciar el paraíso de lo sensorial. 

Y por eso, porque hemos estado a ambos lados del viejo mundo, esta generación derribamos fronteras caducas y nos saltamos el Gran Muro. Esta generación lo somos todo; vísceras y músculo, sensibilidad y pasión, pensamiento lógico y hasta espíritu, sin religión. Esta generación es ecléctica, porque somos los abanderados del paradigma de la Y.

Un abrazo

Sergi Rufi

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