Tus bacterias intestinales participan en el metabolismo de las grasas
Un estudio reciente explora un aspecto fascinante de esta asociación: cómo las bacterias intestinales se asocian con el cuerpo anfitrión para regular los ácidos biliares, moléculas esenciales que controlan la digestión, los niveles de colesterol y el metabolismo de las grasas.
Nuestro intestino es un centro de actividad en constante movimiento, hogar de miles de millones de bacterias que trabajan junto con nuestro cuerpo para mantenernos saludables. "Los ácidos biliares se producen en el hígado y ayudan a digerir las grasas", explica Frank Schroeder, profesor del Instituto Boyce Thompson y autor principal del estudio. "Pero ahora ha quedado claro que son más que simples ayudas digestivas; actúan como moléculas de señalización, regulando los niveles de colesterol, el metabolismo de las grasas y más. Todo esto lo hacen uniéndose a un receptor llamado FXR, que actúa como un semáforo, controlando el metabolismo del colesterol y la producción de ácidos biliares para evitar una acumulación excesiva".
Aquí es donde entran en juego los microbios: las bacterias intestinales pueden modificar los ácidos biliares para cambiar completamente su actividad. Las bacterias pueden convertir los ácidos biliares en formas que activan fuertemente el FXR, lo que indica al cuerpo que ralentice la producción de bilis y modifique otros aspectos del metabolismo de las grasas. Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo cómo responde el cuerpo a este comportamiento de la microbiota.
En un estudio recién publicado en Nature, Schroeder y su equipo identificaron un truco inteligente que utiliza el cuerpo para mantener bajo control la influencia microbiana (el estudio utilizó ratones como modelo). Descubrieron que en los intestinos, el cuerpo modifica aún más los ácidos biliares microbianos en una nueva familia de derivados, llamados BA-MCY, utilizando una enzima llamada VNN1. A diferencia de las formas producidas por las bacterias intestinales, estos BA-MCY actúan como antagonistas del FXR, es decir, básicamente, desactivan el FXR. Esto estimula la producción de bilis en lugar de limitarla.
"Este equilibrio es crucial", afirmó Schroeder. "Cuando las bacterias intestinales producen muchos ácidos biliares que activan fuertemente el FXR, el cuerpo contraataca produciendo BA-MCY, lo que garantiza que el sistema de ácidos biliares se mantenga en perfecto estado. Esta interacción pone de relieve cómo los microbios intestinales interactúan con el cuerpo anfitrión en una relación dinámica de toma y daca". Es importante destacar que también se detectaron BA-MCY en muestras de sangre humana, lo que indica que el mismo mecanismo también funciona en las personas.
Comer más fibra, ayuda
Los hallazgos tienen implicaciones interesantes para la salud y la enfermedad. Los investigadores descubrieron que aumentar los niveles de BA-MCY en ratones ayudó a reducir la acumulación de grasa en el hígado, lo que sugiere un posible tratamiento para enfermedades como la enfermedad del hígado graso o el colesterol alto. Además, las intervenciones dietéticas, como aumentar la ingesta de fibra, mejoraron la producción de BA-MCY, lo que sugiere el papel de la dieta en el control de este sistema.
El estudio revela que existe un diálogo entre los microbios intestinales y el cuerpo que es vital para regular la producción de ácidos biliares. Si bien este descubrimiento arroja luz sobre una capa previamente oculta de la química intestinal. Es un recordatorio de que no somos solo individuos: somos ecosistemas, íntimamente conectados con el mundo microbiano dentro de nosotros, pero quedan algunas preguntas por responder. ¿Cómo influyen la dieta y el estilo de vida en los niveles de BA-MCY? ¿Podrían estos compuestos ayudar a controlar enfermedades como la diabetes o el síndrome metabólico? Las investigaciones futuras podrían allanar el camino para intervenciones personalizadas que aprovechen esta asociación entre el huésped y el microbio para optimizar la salud.