El mundo comienza la danza que se manifiesta después de la calma. Todo se agita, cruje, vibra, se excita, palpita, se menea, se estremece o se sacude. Lo que vive pone delante de la inmensidad de la naturaleza un signo de presencia positivo. Un deseo de vivir, de crecer, enamorarse y aparearse surca el universo. ¡Ha llegado la primavera!
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