La economía del don es una expresión que escuché hace poco, y me resonó tanto que lo apunté enseguida porque sabía que quería hablar de esto.

Dice la wikipedia que se trata de una teoría social que ocurre cuando se esperan recompensas sociales o intangibles por nuestras acciones, aunque el verdadero espíritu del don consiste en dar sin esperar recibir nada a cambio.

Más allá de un valor de generosidad y ayuda al prójimo, como podría ser el valor fundamental de cualquier ong, la economía del don la entiendo como aquel sistema económico basado en el ejercicio de los dones de cada uno, no tanto por esperar una compensasión a cambio, sino porque no se puede evitar hacerlo. Es decir, ejercer nuestro don es algo que hacemos aunque no nos paguen, lo hacemos porque nos sale de dentro, como realización personal.

Pero ¿qué tiene que ver esto con el desarrollo web y el software libre? Pues precisamente, el software libre es un ejemplo claro de la economía del don, ya que el programador pone a disposición de la sociedad el software que desarrolla por el placer de programar, de crear algo útil para alguna actividad humana, desde una aplicación de contabilidad hasta una plataforma de desarrollo web, como Drupal.

Muchas de las páginas web y blogs que visitamos en internet están construidas con plataformas de software libre (joomla, wordpress, drupal...), incluso la mayoría de los servidores web que funcionan en el mundo lo hacen con apache, un servidor de software libre. Por tanto, la economía del don está mucho más presente en nuestras vidas de lo que pensamos, y no sólo en la familia (que sería su habitat natural) sino precisamente en un entorno que suponemos tan lejos de lo humano como son las máquinas, a través de los programas de software libre que les dan vida.

Drupal, como comunidad de software libre que conozco de cerca, es un ejemplo de esto. Cómo la cooperación de diversos programadores a lo largo del mundo hace posible la existencia de lo que hoy es el gestor de contenidos web de referencia, por su calidad, solidez y potencial.

Sin duda, es un orgullo ser programador web de una plataforma como Drupal, que participa de la economía del don y con tanto nivel, pero no es menos importante la participación de quien usa y promueve este tipo de software para su uso profesional o personal. ¿De qué serviría un programa si nadie lo usara?

Yo me uno a esta economía del don ¿y tú?