Cómo preparar barritas energéticas

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Una sencilla receta para preparar unas barritas energéticas muy sanas, que puedes adaptar en función de tus gustos.

Por seguridad y para tener unas mínimas garantías para la salud, cada vez se hace más necesario buscar alternativas a la oferta comercial de alimentos industrializados, altamente procesados y refinados. Un claro ejemplo de ello son las barritas energéticas. Muchas de las barritas comerciales, contienen grasas saturadas y aceites hidrogenados o parcialmente hidrogenados que promueven la formación de colesterol en el cuerpo. Otras contienen tantos edulcorantes artificiales o azúcares refinados para hacer más seductor su sabor que se encuentran muy lejos de ser un producto equilibrado para nuestros hijos.

Evitar el consumo de este tipo de productos es muy fácil con recetas como esta. Con ingredientes de calidad y buenas energías, podemos lograr un producto igual de atractivo para los niños que los que encontramos en el supermercado. Además, elaborando en casa las barritas con la ayuda de los más pequeños, no solo tendremos la satisfacción de ver a los niños comiendo un snack nutritivo y saludable, sino que compartiremos una experiencia única con ellos, les animaremos a que entren en la cocina y a que se vinculen a los alimentos saludables que les garantizan una nutrición equilibrada para crecer sanos.

Ingredientes
1 vaso de semillas de sésamo
1 vaso de semillas de girasol
1 vaso de semillas de calabaza
1 tableta de chocolate
2 cucharadas de miel o melaza de arroz 
1 cucharada de azúcar integral

Elaboración
Seleccionamos las semillas y las tostamos ligeramente y por separado con la técnica que llamamos "la danza de las semillas", que se hace entre dos personas: una sujeta la sartén y realiza un movimiento de vaivén, mientras su ayudante, no menos importante, sigue el baile con una cuchara de palo trazando círculos alrededor de ésta.
Una vez tostados los ingredientes, los mezclamos en un cuenco grande y cortamos el chocolate a trocitos. En el caso de que tengamos ayudantes más pequeños, podemos trocear el chocolate encima de una tabla de corte y, con la ayuda de un rodillo, aplicar una tanda de moderados golpes.
Licuamos la miel y el azúcar en un cazo. Removemos hasta que la miel se derrita y el azúcar se haya deshecho.
Añadimos este jugo a la mezcla de nuestras semillas y chocolate y los vamos mezclando cuidadosamente hasta que todas las semillas queden envueltas con miel.
Previamente, preparamos un molde –podemos usar un tupper de 20x15cm–, lo pincelamos con aceite y, a continuación, vertemos todos los ingredientes. Éste es el momento más divertido para los pequeños, pues les encanta mojarse las manos y presionar la masa.
Cuando la masa esté suficientemente compacta, perfilamos los contornos con una espátula.
Para que la miel y el azúcar se endurezcan rápido, metemos el molde en la nevera o el congelador.
Cuando la masa esté dura, desmoldamos, cortamos con un cuchillo en trozos ¡y a disfrutar de nuestras barritas! Y las que sobren, las guardamos en un bote bien hermético.

Muy nutritivas

Desde una perspectiva de alimentación natural, estas barritas caseras no solo están libres de ingredientes artificiales, sino que, además, contienen antioxidantes que protegen las células y tejidos, aumentan las defensas del sistema inmunitario y actúan contra el cansancio. No hay que olvidar que los niños realizan diariamente una gran actividad física, de ahí la necesidad de alimentos que potencien su rendimiento. Así mismo, estas barritas favorecen el funcionamiento cerebral, especialmente importante para los estudiantes, y tienen un alto contenido en calcio, por lo que son una buena alternativa para aquellos niños que no pueden tomar lácteos.

La ventaja de elaborarlas nosotros mismos es que podemos elegir los ingredientes, hacer variedades diferentes y promover un familiar laboratorio del gusto. Aunque también es importante que los productos hayan sido cultivados siguiendo los principios básicos de respeto a la tierra y evitando los agroquímicos y transgénicos.

Ingredientes para todos los gustos

Guardar los ingredientes en botes de cristal y escribir unos rótulos en cada uno de ellos con el nombre correspondiente es un buen hábito, pues ayuda a que los niños recuerden el contenido y conozcan las materias primas que empleamos en la cocina.
En verano, debemos acordarnos de guardarlos en un lugar fresco o dentro de la nevera.
Es mejor tostar nosotros mismos las semillas y frutos secos, por eso, al hacer la compra, es bueno asegurarse de que éstos no están previamente tostados.
Los que recomendamos para comenzar son semillas como el sésamo, girasol, calabaza y amapola.
Como frutos secos, destacan las almendras, las avellanas, las nueces y los cacahuetes y las pasas.
También son interesantes las frutas deshidratadas como manzanas, plátanos o coco.
En cuanto a los cereales, en copos o inflados, son ideales los de avena, cebada, quinoa, arroz y amaranto. Y tampoco puede faltar el chocolate y el garrofín.

Nuri Morral es formadora y cocinera especializada en cocina vegetariana ecológica. Imparte cursos para niños y forma parte del equipo de Mamaterra de la feria Biocultura.

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