Fabricar un compostero de madera
Con unas maderas recicladas podemos construir fácilmente un compostero.
El compost es la mejor forma de aprovechar los residuos orgánicos para abonar nuestras plantas.
Si tenemos un jardín o un huerto ecológico, es muy conveniente que elaboremos nuestro propio compost. Aparte de ofrecer muchas ventajas frente a los fertilizantes químicos, fabricar compost es la mejor manera de aprovechar los residuos orgánicos.
El compost cumple funciones vitales muy importantes. Retiene la humedad –con lo que reduce las necesidades de riego- y aporta nutrientes y bacterias que fortalecen el entorno de las raíces. En este sentido ayuda, por ejemplo, a mejorar la estructura de la tierra, especialmente la arenosa y la arcillosa.
Una ubicación que quede expuesta al sol solo durante la mitad del día puede ser interesante
Cualquier época del año es buena para empezar a elaborar compost. No obstante, cada estación produce sus residuos típicos. Por ejemplo, durante la primavera y el principio del verano llegan al compostero materiales ricos en nitrógeno y pobres en carbono. En otoño, en cambio, las proporciones de carbono y nitrógeno son más equilibradas.
Otro aspecto a tener en cuenta es la localización. Hay que elegir un lugar que no sea especialmente húmedo, pero también hay que evitar la exposición directa al sol durante todo el día, que podría calentar y secar demasiado la mezcla. Una ubicación que quede expuesta al sol solo durante la mitad del día puede ser interesante.
Elegir los materiales
En internet podemos encontrar muchas opciones para construir un compostero. En este caso te proponemos construir uno grande, dotado de dos puertas deslizantes donde se puedan albergar sendas pilas de compost. Para construirlo, podemos utilizar maderas que encontremos en la calle, en una obra o en un punto verde. No importa que los tablones estén algo dañados. Arreglarlos forma parte del trabajo de reciclaje.
Lo primero que debemos hacer es retirar los clavos y las partes podridas con la ayuda de alicates y de una sierra. Si las maderas están húmedas, las dejaremos al sol los días que sean necesarios para que se sequen .
Para construir el fondo y la estructura necesitaremos:
• 3 listones largos de 5 cm de grosor, 175 cm de longitud y 8 cm de anchura
• 8 listones cortos para los extremos con el mismo grosor y anchura, pero con 83 cm de longitud, a los que practicaremos una marca en el centro.
Colocamos los listones largos de manera que podamos clavarlos por los extremos a los listones cortos. El listón largo central lo pondremos a la altura de la marca que hemos hecho en el centro de los listones cortos. Los clavos deben tener 8 cm de longitud y 1,6 mm de diámetro, aproximadamente.
Tomamos los 6 listones cortos restantes y los colocamos perpendicularmente a la armadura del fondo. Los tres postes que quedarán por delante los colocaremos por el lado interior del listón largo, mientras que los otros tres postes los dispondremos por el lado exterior del otro listón largo. Con un taladro haremos los agujeros (de uno 6 mm de diámetro) en los listones y en los postes. Los atornillaremos con tirafondos y las tuercas correspondientes.
En el extremo superior de cada poste haremos una muesca en el lado interior de 2.5 x 2,5 cm.
En cuanto al fondo, podemos construir una estructura o dejar que el compostero repose directamente sobre el suelo. Si preferimos disponer de estructura, clavaremos 18 tablones de 85 cm de longitud, 10 cm de anchura y 2,5 cm de grosor a los que haremos muescas para salvar los seis postes verticales atornillados. Ajustaremos bien estos tablones al perfil del listón delantero, de manera que puedan sobresalir 2,5 cm más allá del trasero y dejando un espacio de 4 mm entre uno y otro.
Cortaremos 3 listones de 83 cm (con grosor de 2,5 cm y anchura de 10 cm) y los colocaremos sobre los postes anteriores y posteriores, aprovechando las muescas realizadas en los extremos. Con una escuadra de carpintero, podremos comprobar que los postes estén perpendiculares y los fijaremos a los travesaños mediante clavos.
El fondo trasero se confecciona con tablones de 185 cm de longitud, 2,5 cm de grosor y 12,5 cm de anchura, que clavaremos a los postes verticales. Entre uno y otro dejaremos 0,5 cm de espacio.
Las puertas correderas
El siguiente paso es construir las puertas correderas. Para hacerlo, cortamos 3 tablas de 83 x 2,5 x 10 cm y 3 de 70 x 2,5 x 5 cm. Nos servirán para crear los rieles por donde se deslizarán las puertas.
Colocaremos cada uno de los listones cortos (de 70 cm) en medio de los postes verticales y los listones largos (de 83 cm). Los listones nuevos se atornillan a los postes mediante tirafondos y tuercas.
Para cada una de las puertas debemos seguir los siguientes pasos:
• Cortamos 2 listones de 69 cm de longitud y 5 cm de anchura y grosor, y 2 de 50 cm de longitud, con la misma anchura y grosor. Con estos palos confeccionaremos los marcos de las puertas, utilizando los largos para los lados horizontales y los cortos para los verticales.
• A continuación, cortamos 6 tablas de 69 cm de largo por 10 cm de anchura y 1.5 cm de grosor. Las clavamos en el marco.
• Cortamos 2 listones de 73x4x4 cm y los clavamos a los lados verticales de los marcos. Estos listones son las guías que deben discurrir por los rieles ya construidos.
Lados, tapas y división
Una vez tengamos listas las puertas correderas, construiremos los marcos de las piezas que constituirán los lados del compostero. Para los travesaños se cortan 2 listones de 83 cm de longitud (de 4 cm de grosor y anchura) y, para los verticales, 2 de 63 cm, de la misma anchura y grosor. A continuación, los clavaremos a los tablones transversales.
Para las dos tapas, debemosconstruir sendos marcos de 88 cm de ancho por 83 cm de ancho. De nuevo, clavaremos las tablas de lado a lado (otra opción más sencilla es colocar una rejilla metálica).
La partición requiere igualmente un marco de 63x83 cm. Clavamos tablas de lado a lado, dejando poco más de 1 cm de espacio entre cada una.
Solo nos queda poner bisagras y asas a las tapas superiores y las puertas deslizantes.
Para empezar a compostar, echarmos una capa de tierra del propio jardín en el fondo y, sobre ella, los primeros residuos orgánicos (de hecho, si se desea, se puede prescindir de las tabals del fondo para que los residuos vayan acumulándose directamente sobre la tierra.
Cómo llenar el compostero
Para que la descomposición y fermentación de los residuos sea correcta, es necesario seguir un orden en la introducción de los elementos y vigilar la aireación, la humedad y la temperatura.
¿Qué tipo de restos usamos?
Se pueden introducir todo tipo de residuos vegetales, del huerto, del jardín o de la cocina, como hierba fresca, hojas secas, cáscaras de huevo y restos de aliementos cocinados. No conviene introducir estiércol o carne, porque pueden desarrollarse microorganismos patógenos y, además, atraen insectos.
Alternar capas
Para rellenarlo, primero colocaremos una capa de tierra del jardín (si el compostero tiene fondo) y, encima, una capa de restos secos (tipo hojarasca, ramitas, etc.) de unos 5 cm. La siguiente capa conviene que sea de restos húmedos (hierba fresca, restos de alimentos, etc.). Tras alternar dos o tres capas, podemos disponer una capa de humus o de compost para activar la fermentación.
Cuidado de las pilas
Los residuos deben estar húmedos y aireados. Para ello, los regaremos con frecuencia, pero sin dejarlos completamente mojados. También conviene remover cada dos semanas, pues el oxígeno es necesario para que los microbios realicen la descomposicón. Si todo va bien, en el centro del compostero se pueden alcanzar temperaturas de hasta 70ºC.
Compost listo
Después de 6 meses, ya tendremos listo nuestro primer compost, el mejor fertilizante que existe.