Tratamiento natural para perder peso

13.7.2014
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Si se desea perder peso, un tratamiento que incluya abordajes desde varios frentes tiene más probabilidades de éxito que otro parcial. 

Elegir medios naturales evita los importantes efectos secundarios asociados a tratamientos farmacológicos convencionales (algunos incluyen la administración de anfetaminas).

DIETA DE ADELGAZAMIENTO. El objetivo debe ser el peso conveniente -con el que la persona se encuentre bien y que no represente ningún riesgo para su salud- no tanto el considerado ideal. Los ayunos y las dietas que proporcionen muy pocas calorías no son recomendables porque, aunque pueden facilitar la pérdida de peso a corto plazo también enseñan al cuerpo a mantener las reservas. La consecuencia es que se recupera peso enseguida y la comida “aprovecha” más.

Frente a todas las propuestas de regímenes para adelgazar –de eficacia dudosa– se halla la dieta verdaderamente sana. Se debe poder mantener indefinidamente y ha de favorecer el bienestar general.Lo recomendable es que cada persona diseñe una dieta —si es necesario con la ayuda de un profesional— de acuerdo con sus necesidades, teniendo en cuenta gustos, peso, talla, edad, sexo, actividad física y características fisiológicas, que favorezca una pérdida de peso lenta pero constante. 

Respecto a una dieta normal, el régimen de adelgazamiento suele conllevar una reducción de alimentos ricos en grasas saturadas —productos lácteos enteros y carnes—, zumos y dulces, y un aumento de verduras —aportan fibra—, cereales integrales y legumbres —proporcionan energía de absorción lenta. 

Además es fundamental no saltarse ninguna de las tres comidas diarias y tomar algo entre ellas (una barrita casera de cereales, una zanahoria, una pieza de fruta...). 

• Si se desea perder kilos, hay que plantearse una reducción continuada. Bastan 250 gramos a la semana (1 kg almes) o incluso menos. Lo importante es reforzar los hábitos alimentarios sanos.

• La mayor parte de la energía (del 60 al 70 %) se obtiene de los alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción lenta, como cereales integrales (arroz, trigo, avena, cebada, mijo...) y legumbres.

• Otro 20 % de energía procede de los alimentos ricos en proteínas que no aporten un exceso de grasas saturadas: la soja y otras legumbres, el pescado y las carnes magras.

• La energía restante se obtiene de las grasas. El aceite de oliva virgen extra, los frutos secos y las semillas son las principales fuentes de grasas saludables.

    
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• Diariamente debe tomarse al menos 7 raciones de frutas, hortalizas y verduras, que aportan vitaminas, minerales, compuestos químicos vegetales beneficiosos y fibra. Combinar féculas con hortalizas reduce las calorías y favorece la sensación de saciedad. Una función importante de la fibra es alimentar las bacterias intestinales beneficiosas. Se sabe que la diversidad y el tipo de bacterias intestinales de las personas en su peso y de las obesas son muy distintos. Las personas con sobrepeso tienen menos variedad y menos poblaciones de determinadas especies. Como consecuencia, comiendo lo mismo un obeso puede quemar hasta 200 calorías menos que una persona delgada. Actualmente se investiga la eficacia del trasplante de bacterias beneficiosas (mediante sonda o alimentos). 

• El agua es la bebida idónea. Los refrescos con azúcares o edulcorantes artificiales están bajo sospecha de favorecer la obesidad.

• Algunas técnicas de cocción suman demasiadas calorías o restan nutrientes. Los métodos más convenientes son la cocción al vapor, las preparaciones al horno a bajas temperaturas, la cocción en agua o la plancha.

HÁBITOS. Es fundamental establecer un horario rígido para las ingestas, no comer nunca entre horas, así como otras buenas costumbres, como comer lentamente, masticar bien cada bocado y no distraerse. Es importante no saltarse comidas porque esta conducta enseña al metabolismo que debe ser muy ahorrativo con la energía. 

PLANTAS "QUEMADORAS". Algunos alimentos y plantes medicinales provocan una mayor respuesta termogénica. 

• El guaraná (Paullinia cupana), originario de la cuenca del amazonas y rico en cafeína, teobomina y taninos, estimula la liberación de adrenalina, que permite al organismo "quemar" más rápidamente sus grasas. Por otro lado, aumenta la secreción ácida gástrica y la diuresis (la producción o volumen de orina). Se encuentra en múltiples presentaciones, pero la mejor y más saludable es el polvo puro, que se puede consumir diariamente de muchas maneras: una cucharadita con una taza de agua hirviendo, leche o miel, añadida al muesli o al zumo de naranja, con agua mineral o en repostería. 

• La garcinia (Garcinia cambogia) es un fruto conocido por las virtudes purgantes. Sin embargo, las últimas investigaciones han puesto de manifiesto la presencia de una alta proporción de ácido hidroxicítrico (HCA) en la piel, que actúa sobre la regulación del peso corporal y del apetito. Asimismo, según estos, interviene en el metabolismo de los azúcares disminuyendo su transformación en grasas. Se toman 1 o 2 cápsulas, de 500 a 1000 mg de HCA, media hora antes de las tres comidas.

• Otras plantas quemadoras son el extracto de naranja amarga, el jengibre, la pimienta, la cúrcuma, la yerba mate, el té verde y el té rojo.

• También son útiles las plantas tranquilizantes, como la melisa, la pasionaria, la tila y la manzanilla. 

SUPLEMENTOS. La mitad de las personas obesas sufren una deficiencia de coenzima Q10, un componente esencial de la mitocondria, parte de las células encargada de producir energía. En otras palabras, la Q10 funciona como una bujía en un motor de explosión. Por tanto, si se toma como complemento dietético se favorece la combustión de las grasas. La presentación más eficaz es la cápsula de gelatina blanda que contiene la coenzima en una base de aceite de soja. La dosis recomendada está entre 50 y 150 mg diarios. Algunos autores precisan que la dosis debe ser de 2 mg por cada kilogramo de peso.

Otro suplemento interesante es el picolinato de cromo, que mejora la utilización del azúcar disponible y reduce la necesidad de obtenerlo de los alimentos. Se toma a razón de 400 mcg diarios. 

EJERCICIO FÍSICO.  No a todos los obesos les conviene hacer ejercicio mientras intentan adelgazar, pues en algunos casos les resulta tan difícil que abandonan todo el tratamiento. Sin embargo, cuando es posible realizar una actividad de tipo aeróbico (que haga grabajar corazón y pulmones) durante 20-30 minutos diarios, constituye una de las ayudas más eficaces. Una vez se ha conseguido rebajar peso, es imprescindible para mantenerlo controlado.  

AUTOANÁLISIS. Los pensamientos y las emociones son tan importantes como la dieta o el ejercicio. Cada persona debe buscar y seguir las pistas que lleven hacia la explicación psicosomática de su alteración. ¿Dónde, cuándo y con quién se cometen los excesos? ¿Qué sentimientos aparecen en el momento de la ingesta? Estar obeso, ¿tiene alguna utilidad oculta? ¿Cómo está el nivel de autoestima? Algunas técnicas de autoanálisis son la escritura y la meditación -suspender momentáneamente la reflexión voluntaria puede hacer que después afloren comprensiones espontáneas-. Los grupos de apoyo y la ayuda profesional son también muy recomendables.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN. Puesto que la ansiedad desempeña un papel importante en la génesis de algunas obesidades, conviene combatirlas con métodos de relajación: muscular progresiva, visualizaciones, yoga, biofeedback… La respiración profunda, realizada rutinariamente varias veces al día y siempre que se sienta un incremento de la ansiedad.

1. Siéntate cómodamente con la espalda erguida y los hombros relajados. 
2. Cierra la fosa nasal derecha con la yema de los dedos e inspira despacio, profundamente, por la fosa nasal izquierda. 
3. Al soltar el aire hazlo lentamente, liberando toda la tensión física y mental. 
4. Haz una pausa de aproximadamente 4 segundos e inspira suavemente, sin prisas. 
5. Realiza 10 respiraciones completas a un ritmo lento. 

MEDICINA TRADICIONAL CHINA. La obesidad puede tener varias causas (excesiva flema, estancamiento del chi, deficiencias energéticas del bazo y el riñón...). En cualquier caso puede corregirse el desequilibrio actuando sobre los flujos de energía mediante cualquiera de los métodos tradicionales, pero quizá sea la acupuntura la terapia más eficaz para reequilibrar el sistema energético. 

• “Slimax” es un extracto de plantas medicinales chinas, cuya eficacia se ha demostrado científicamente. La fórmula, que actúa sobre el metabolismo de las grasas, está compuesta por las plantas cebada (Hordeum vulgare), sello de Salomón (Polygonatum multiflorum), longan (Dimocarpus longan), levístico (Ligusticum sinense), lirio (Lilium brownii) y jengibre (Zingiber officinale). El problema es que algunas de estas plantas, así como el extracto ya elaborado, sólo pueden obtenerse a través de importadores o de internet. 

Por separado, dos de estas plantas también son recomendables y pueden encontrarse fácilmente: la cebada (proporciona energía, estimula el metabolismo y previene la retención de líquidos) y el jengibre (que favorece la digestión y puede utilizarse como condimento o para preparar infusiones).

Lo que no hay que hacer nunca

Intentar perder peso con la ayuda de pastillas o remedios "milagrosos", sobre todo si no se está al tanto de todos los efectos secundarios.
Seguir dietas que se basen en la eliminación de un grupo entero de alimentos. Está demostrado que los regímenes que suprimen las grasas o los hidratos de carbono solo consiguen una pérdida inicial de peso debido al aburrimiento, pero no son dietas que se puedan mantener a medio plazo. Tampoco son aconsejables las dietas que se basan en uno o varios alimentos, por sanos que sean (uva, alcachofa...). Cualquier dieta que prometa una pérdida rápida de peso no es recomendable. Favorece una recu- peración igualmente rápida y someten a los órganos a un sobresfuerzo.

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