Factores que favorecen la obesidad
Para explicar la obesidad se han postulado varias hipótesis. Aunque los defensores de cada una suelen caer en la tentación de proponer la suya como la única cierta, lo más probable es que la verdad esté en una combinación de todas ellas.
Sensibilidad a la saciedad. Sugiere que algunas personas obesas no son sensitivas a las señales internas de hambre y saciedad, en cambio son extremadamente sensibles a los estímulos externos que aumentan el apetito, como el aspecto, el olor o el sabor.
Teoría de la serotonina. Sitúa el origen del problema en la baja producción de un neurotransmisor cerebral, la serotonina. La consecuencia sería una reducción de la termogénesis, menos sensibilidad a la insulina, más actividad del sistema nervioso parasimpático y/o menos del sistema nervioso simpático.
Disminución de la termogénesis. Las personas obesas tienen menos capacidad para transformar la energía aportada por los alimentos en calor. Esto significa la energía se almacena en forma de grasa.
Resistencia a la insulina. Cuando se desarrolla resistencia a la hormona insulina, el cuerpo tiene que producir mayor cantidad para mantener el nivel de la glucosa normal en sangre. Cuando esto ocurre, el transporte de azúcar al interior de la célula resulta afectado y disminuye la utilización de grasas como fuente de energía.
Factores socioeconómicos. La distribución de la renta se refleja en la distribución de peso. Las personas más pobres, en los países más pobres, son delgadas. Las personas ricas mantienen la línea, y es en la clase media donde se encuentra el mayor número de obesos. Por otra parte, según varios estudios, cuanto más televisión se observa más se engorda.
Fármacos. Ciertos medicamentos causan aumento de peso, como los corticoesteroides y algunos antidepresivos. Los mecanismos por los que producen obesidad son variados. En algunos casos estimulan la lipogénesis y en otros aumentan el apetito.
Contaminantes obesógenos. En 2002, Paula Baille-Hamilton, profesora de la Universidad de Stirling (Escocia) especialista en toxicología y metabolismo humano, firmó una polémica investigación en la revista Journal of Alternative and Complementary Medicine en la que aseguraba que existía una relación causal entre el aumento de los agentes químicos ambientales y el aumento de la frecuencia de la obesidad en la población. Los obesógenos son disruptores endocrinos: sustancias químicas que interfieren con nuestro sistema hormonal causando alteraciones a todos los niveles del metabolismo.
Alteración de la fora intestinal. Se sabe que la diversidad y el tipo de bacterias intestinales de las personas en su peso y de las obesas son muy distintos. Las personas con sobrepeso tienen menos variedad y menos poblaciones de determinadas especies. Como consecuencia, comiendo lo mismo un obeso puede quemar hasta 200 calorías menos que una persona delgada. Actualmente se investiga la eficacia del trasplante de bacterias beneficiosas (mediante sonda o alimentos).
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