Colectivo Cautivo, promoviendo la música y la alegría intercultural

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Entrevistamos a Jordi Urpí y Brigitte Vassallo, dos de los integrantes de Colectivo Cautivo, cuyo principal objetivo es tender puentes entre culturas a través de la música.

Jordi Urpí (dcha.), Brigitte Vassallo y Claudi Yoldi, de Colectivo Cautivo.

Jordi Urpí, Brigitte Vassallo y Claudi Yoldi son los tres pilares de Colectivo Cautivo, un proyecto para promover la alegría intercultural y la convivencia entre mundos diferentes, a través de la música y la formación.

¿Qué es Colectivo Cautivo y cómo surge la idea de crearlo?
Jordi Urpí (JU):
La idea de crear Colectivo Cautivo surgió hace un año, cuando Brigitte, Claudi y yo, tras mucho tiempo haciendo cosas por nuestra cuenta y en una dirección similar, decidimos unir fuerzas para llevar un paso más allá nuestras ideas y reforzar nuestro discurso. Nosotros lo definimos como un proyecto para la promoción de la alegría intercultural y la convivencia entre diferentes a través de la música y la formación.

El punto de partida de nuestra propuesta es siempre un trayecto imaginado, en el espacio y en el tiempo, que nos permite descubrir mundos nuevos, relacionarnos más allá de conceptos preconcebidos y compartir unos momentos despreocupados. Para conseguirlo, trabajamos en dos líneas básicas: por un lado, una serie de actividades lúdicas en las que la música se presenta con sentido e intencionalidad; por otro, la creación de módulos formativos con la música como eje y motivación para empatizar con el mundo. 

Jordi Urpí, durante una de las sesiones
de Colectivo Cautivo.

¿En qué consisten los actos-conferencias de Colectivo Cautivo? ¿Cómo escogéis el tema a tratar y dónde os inspiráis para encontrar las músicas?
JU
: Nuestras audiciones comentadas buscan poner en contacto al público asistente con la realidad de un pueblo, de una cultura o de una zona geográfica. A través de la música nos acercamos a esa sociedad en sentido amplio, lo que incluye también valores religiosos y sociales, por ejemplo. Así que seleccionamos un repertorio de canciones que nos permite explicar estas diferentes situaciones, incluyendo algunos datos históricos que ayudan a entender por qué y cómo diferentes manifestaciones culturales se han desarrollado en diferentes lugares. Nuestro objetivo es, siempre, presentar esta diversidad desde la naturalidad, evitando al máximo señalar esa diferencia como algo exótico. Los temas que hemos seleccionado para estos módulos formativos son fruto de muchos años trabajando en el ámbito de la cultura, en general, y de la música, en particular. Son temas que nos interesan a nosotros, que interesan a gente que se mueve a nuestro alrededor y que, estamos convencidos, interesan a muchas más personas de las que imaginamos. De hecho, ya hemos recibido algunos encargos para desarrollar charlas sobre temas que no estaban en nuestro primer catálogo.

¿Qué tipo de personas se interesan en general por vuestro proyecto?
JU
: El público es diferente y diverso en cada sesión, por suerte. Más allá de su origen o de su profesión, la sensación cierta es que se trata de personas inquietas, de mentalidad abierta, preparadas para asumir nuevas ideas, con capacidad para el diálogo. Antes que formación reglada para expertos, nuestras audiciones comentadas quieren ser intercambio de conocimiento. De ahí que la ronda final de preguntas con la que concluyen nuestras acciones sea igual de interesante que la charla. O que la relación con los asistentes siga a través de internet o del correo electrónico. Y eso es algo que nos motiva, nos alegra y nos permite seguir aprendiendo. Lo mismo sucede con las sesiones de discjockey. Nunca sabemos quién se acercará a una sesión con la que proponemos descubrir, por decir algo, la diversidad musical de Estambul. Pero sí que resulta fácil imaginar que se tratará de personas con una curiosidad especial por el mundo que les rodea. Ahí está la clave: la curiosidad.

¿Cómo puede ayudarnos la música a ampliar horizontes y a abrir la mente?

Brigitte Vassallo.

Brigitte Vassallo (BV): La música conecta emocionalmente más que ninguna otra manifestación. No hace falta un proceso de intelectualización para escuchar música, no hacen falta conocimientos previos de un idioma o de un lenguaje artístico. Y vincula desde un lugar que nos parece muy interesante: la pulsión. A partir de ella vemos que los seres humanos podemos pensar de manera diferente, pero que nos emocionamos con lo mismo porque somos lo mismo. Las diferencias son anecdóticas, son de forma. Pero en el fondo, todos y todas somos muy parecidos. Una vez eliminada la parafernalia que llevamos encima, es sencillo comunicarse en lo esencial. Y aunque es más fácil relacionarse con personas que piensan como tú (porque te reafirman en quién eres), es muy enriquecedor comunicarte con gente que piensa diferente. De hecho, desde Colectivo Cautivo apostamos por la diferencia como un estímulo, como un motor de creación y evolución socio-cultural.

¿Cuáles son los principales tópicos respecto a otras culturas que creéis que hay que descartar de nuestra sociedad?
BV:
Más allá de descartar tópicos, a nosotros nos parece que la tarea importante es incidir en el conocimiento mutuo, en las relaciones de respeto. Personalmente, me acostumbro a definir como mediadora intercultural, la figura que ayuda a construir puentes que facilitan la comunicación entre personas o grupos en contextos interculturales. O, mejor, en situaciones de interculturalidad sobrevenida, novedosa, porque en realidad nuestra vida misma surge de un contexto intercultural, del contacto genético de un hombre y una mujer que, como individuos, ya están diferenciados. Al mismo tiempo, convivimos continuamente con distintas maneras de entender el mundo: en casa, en la escuela, en el grupo de amistades... Todo es interculturalidad. Sin embargo, hay una interculturalidad sobrevenida que parece que asusta, básicamente por desconocimiento del otro. Y ahí sí que resulta necesario ayudar para tender puentes. La música, como hemos comentado antes, es la herramienta perfecta para hacerlo.[pagebreak]

La crisis en la que estamos inmersos ha afectado en gran medida a la música. ¿Creéis que la música de otros países puede ayudarnos a adoptar un nuevo punto de vista que nos permita superar mejor este momento en el que vivimos?
JU:
Bueno, nosotros pensamos que la crisis ha afectado, sobre todo, a una forma de entender el comercio alrededor de la música, un concepto que fue creado hace muy poco tiempo si se compara con el hecho de que la música, como creación humana, existe desde hace milenios. Y que seguirá existiendo por siempre, aunque ya no sea rentable comercializar discos. La música tiene que recuperar su significado en las relaciones sociales de la comunidad, no permanecer como algo que cada uno vive de forma individual a través de las grabaciones que tiene en casa.

A menudo, desde Colectivo Cautivo, utilizamos el concepto “cuando la música es la vida” al hablar de culturas como la gitana o la mandinga. No es una idea gratuita, es una reivindicación del valor de la música real e imperfecta, de las sensaciones que traslada un arte que desaparece en el mismo instante que se realiza, que deviene único cada vez que se manifiesta. Frente a la acumulación de datos y muestras en el disco duro de un ordenador, nosotros reivindicamos la vivencia del instante.

¿Habéis pensado en dedicar algún acto de Colectivo Cautivo a los niños? ¿Creéis que las próximas generaciones estarán más abiertas a la diversidad cultural?
BV:
Sí, tenemos un par de acciones lúdicas pensadas para niños y niñas, siempre con las músicas del mundo como banda sonora. Es un público con el que nos encanta interactuar porque te exige al máximo y, al mismo tiempo, se entrega como pocos. Y si el horario y el entorno lo permiten, también nos gusta que participen en las actividades destinadas, inicialmente, a público adulto. Nos atrae mucho la idea de la mezcla, en todos los sentidos posibles: edades, procedencias, vivencias... También estamos trabajando para adaptar las audiciones comentadas al entorno de la educación secundaria y el bachillerato. La lógica nos dice que la diversidad cultural debería vivirse con mayor naturalidad en el futuro, pues nuestras aulas son diversas, cada vez más. Pero visto lo visto en otros países, no podemos bajar la guardia y esperar que las cosas se desarrollen por sí solas. Hay que trabajar el conocimiento y el respeto mutuos, hay que insistir en ello. Puede ser la diferencia entre vivir en una sociedad cohesionada o hacerlo en una enfrentada.

Si quieres saber más sobre Colectivo Cautivo, sus actuaciones o sus cursos, puedes visitar su página web (Colectivo Cautivo) o su página en Facebook.