Cocina sabrosa sin gluten
Trucos sabrosos para cocinar sustituyendo el gluten sin perder sabor.
Pastas, croquetas, repostería y mucha imaginación.
Las marcas y productos sin gluten se multiplican en un mercado en el que prescindir de alimentos que contengan trigo, cebada, centeno, avena y otros parientes cercanos del trigo resulta más difícil de lo que parece. Además de las personas intolerantes al gluten (celíacos), otras muchas prefieren bajar el consumo de este un conjunto de proteínas de la harina de diversos cereales, porque notan que sus digestiones son más fáciles.
Cocina creativa: cómo hacer pasta
Por suerte, tenemos a mano muchos trucos sabrosos para cocinar, por ejemplo, las pastas. Necesitamos:
• 125 g de maicena
• 125 g de harina de trigo sarraceno
• 2 huevos grandes
• 2 cucharadas de puré de tomate concentrado
• 1 cucharada de aceite de oliva
• 1 cucharada de salsa de soja (opcional)
• Un poco de sal
Mezclamos bien los ingredientes húmedos y los incorporamos lentamente a la mezcla de harinas, intentando obtener una masa seca. Dejamos reposar media hora y extendemos con un rodillo hasta que quede fina. Entonces, con el cuchillo, cortamos pedazos de diferentes tamaños que coceremos en abundante agua con un poco de aceite. Esta pasta, salteada con verduritas, queda deliciosa.
Deliciosas croquetas sin gluten
Para elaborar croquetas, milanesas o dar una textura más espesa a ciertos rellenos, cogemos una mezcla de semillas de lino y girasol y las pasamos por el molinillo hasta que queden en trocitos muy pequeños. Si vamos a guardar una cantidad, debemos meterlas en un tarro hermético y en la nevera. Esta fórmula, además de ser más digestiva que el pan rallado, nos recarga los niveles de ácidos grasos esenciales y rebaja los de colesterol malo. Otra forma de rebozado sería con copos de patata deshidratada, que le da un punto crujiente y delicioso.
Sustitutos de la harina de trigo: bechamel, repostería...
Para preparar una salsa tan nuestra como la bechamel, además de sustituir la harina de trigo por maicena, podemos mezclarle una parte de harina de quinoa, que la enriquecerá nutricionalmente. Pero cuando se vuelve más difícil buscarle un sustituto al gluten es a la hora de elaborar repostería. Quizás el mejor aliado son los tubérculos como la patata o la tapioca. Por ejemplo, podemos preparar unas crepes de tapioca mezclando dos huevos, dos cucharadas de agua, unas gotas de esencia de vainillas y media taza grande de harina de tapioca. Batimos y dejamos reposar diez minutos. Después, los hacemos en una sartén pequeña y muy caliente, engrasada con aceite de oliva.
Otra alternativa para la harina de trigo sería la de algarroba, que, además, consigue un punto achocolatado.
Receta de tarta de queso fresco con chocolate de algarroba
Sólo hay que mezclar:
• 1/2 kilo de queso fresco
• Medio vaso de zumo de naranja con su pulpa
• Un puñado de pasas (ablandadas en el zumo)
• 4 huevos
• 10 cucharadas de azúcar moreno de caña
• 2 cucharadas de aceite de girasol
• 2 cucharadas de harina de algarroba
Lo metemos en un molde engrasado, y al horno a unos 160 ºC.
¿Y los bocadillos?
El momento en que realmente comer sin gluten se convierte en un desafío es cuando nos apetece un bocadillo. Lo mejor es invertir en una máquina de pan y experimentar con las diferentes harinas de cereales sin gluten. Si, además, añadimos frutos secos, semillas y yogur, tendremos un pan único. Como siempre, en la cocina sólo hay que recordar que el límite está en nuestra imaginación.