No sé por qué fueron así bautizadas, pero de entre todas las perversiones transgénicas esta es la peor. Al contrario que los cyborgs terminators que nunca morían, modificar genéticamente semillas con esta tecnología terminator impide que las semillas puedan reproducirse.

La semilla, que engendra la capacidad de la vida en sus entrañas, pasa a ser estéril.

Y aunque hasta ahora es una práctica no permitida, en los próximos días puede aprobarse su uso en Brasil, como denuncia el Grupo ETC.

El peligro ya no es solo que obligue a las y los agricultores a comprar semillas cada año a la multinacional de turno, sino que sus genes antivida contaminen otras especies silvestres o agrícolas.

Es razón de vida apoyar esta campaña.