¿Qué es la medicina integrativa o integral?
Desde hace ya algún tiempo se viene hablando de un nuevo concepto denominado Medicina Integrativa. Todo el mundo entiende que nos referimos al ejercicio de la medicina que incluye los diferentes criterios u opciones médicas. Sin embargo, en la práctica, esta idea puede expresarse de formas muy diferentes.
Por ejemplo, es frecuente que muchos de los centros que se presentan como de Medicina Integrativa añadan a su oferta habitual de medicina convencional servicios de medicina o terapias no convencionales (homeopatía, acupuntura, flores de Bach…) como elementos de complementación. Sin embargo, mantienen el criterio médico hegemónico que considera que lo que cura es el medicamento, que sostiene la idea de la parcialización del individuo (es un éxito suprimir los síntomas en un órgano aunque empeoremos otro), que sigue insistiendo en tratar la enfermedad más que en fomentar la salud, y que olvida que tratamos personas con toda su complejidad emocional y espiritual, que viven en un medio social y medioambiental que les condiciona.
Otros centros de Medicina Integrativa utilizan todo tipo de aparatos diagnósticos, criterios médicos y terapias, derivando al paciente de un lado a otro, en algunos casos sin una coordinación o “integración” del tratamiento que esta recibiendo.
Otras opiniones entienden que la Medicina Integrativa pasa por el conocimiento y el arte de utilizar e integrar todos los criterios médicos y terapias, seleccionando en cada caso las más adecuadas para cada persona, para conseguir recuperar la salud, pero también para ayudar a prevenirla y a mantenerla. Por este motivo se considera importante utilizar en primer lugar los remedios no agresivos (primun non nocere) que estimulan los propios mecanismos de autorregulación del paciente (medicinas no convencionales), y aplicar en segundo término, sin dejar el tratamiento anterior, los recursos terapéuticos o fármacos indicados que tengan los mínimos efectos secundarios posibles.
El ejercicio de esta medicina hace necesaria la comunicación permanente entre profesionales y que estos trabajen en buenas condiciones laborales y en armonía. La educación en salud en la consulta y la atención a los diferentes aspectos que puedan ayudar a la persona a su propia realización, tanto a nivel físico, como psíquico y espiritual, son fundamentales para lograr un tratamiento integral.
Tampoco se puede obviar el compromiso profesional de definirse ante los temas sociales o medioambientales que afectan al conjunto de la población en busca de una sanidad más sostenible que aumente la calidad de vida individual y colectiva.
Es por la globalidad de esta propuesta, que va más allá de “integrar” una gran variedad de recursos terapéuticos, ya que fomenta la enriquecedora relación entre profesionales y tiene como objetivo lograr el máximo desarrollo o grado de salud de la sociedad y del individuo, que me gusta más hablar de "medicina integral".
En cualquier caso, queda en evidencia que Medicina Integrativa o Integral es una terminología que está de moda y no siempre quiere decir lo mismo para todos. Son los profesionales y los pacientes quienes escogen dónde situarse.
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