Ftalatos toxicos en los cosmeticos

Ftalatos toxicos en los cosmeticos

Por Clau
17 Abril 2007
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No es que se note por el color, el grueso o el brillo, pero el barniz para las uñas no es lo que solía ser. El año pasado, muchos barnices para las uñas contenían sustancias poco conocidas que hacían el producto más flexible y resistente. Este año, algunas de las principales marcas, incluyendo a Revlon, Estee Lauder y L'Oreal, retiraron la sustancia y la reemplazaron con otro ingrediente dirigido a lograr lo mismo.

El ingrediente original es una de tres sustancias relacionadas que se han convertido en el centro de un creciente debate sobre la seguridad de los cosméticos. Se llaman “ftalatos”, y son usadas también en fragancias, lociones, champús y fijador para el cabello. Los fabricantes de cosméticos retiraron las sustancias de estos productos, pero de ninguna manera todas ellas. Prácticamente todas las fragancias contienen “ftalatos”.

Algunas investigaciones sugieren que una exposición a niveles elevados de ciertos “ftalatos” podrían causar cáncer o anormalidades del sistema reproductor en ratas y ratones de laboratorio. Un pequeño estudio publicado en mayo sugirió que los infantes expuestos a mayores niveles de “ftalatos” en la matriz tienen mayores probabilidades de mostrar lo que podrían ser anomalías en la ubicación de su pene. Asimismo, el año pasado, la Unión Europea prohibió el uso de dos “ftalatos” cruciales en productos de belleza.

Al retirar los “ftalatos”, los fabricantes de barniz para las uñas con mercados mundiales tuvieron solamente la intención de cumplir la nueva ley, no de admitir que las sustancias puedan ser peligrosas. Al contrario, sus científicos alegan que los “ftalatos” en los productos de belleza no representan un riesgo para los humanos. Y muchos otros científicos se muestran de acuerdo.

“Hay verdaderas incertidumbres acerca de los estudios en animales”, aseguró el doctor Michael Thun, jefe de investigación epidemiológica de la Sociedad contra el Cáncer de Estados Unidos. “Uno, tratamos con una especie distinta. Dos, están extrapolando a partir de una dosis elevada hacia dosis bajas”.

Muchos, si no es que la mayoría de los usuarios de maquillaje nunca han escuchado de los “ftalatos”. Pero, en tanto se calienta el debate acerca de su seguridad, la extraña palabra podría volverse más conocida. Y los consumidores podrían preguntarse cada vez más si su barniz de uñas, su lápiz labial, su perfume, su loción y su champú son seguros. “Comienzan a escuchar palabras como defectos de nacimiento”, señala Linda Wells, editora de la revista Allure. “Es una de esas cosas que hacen presa de los temores que todo mundo siente”.

Las agencias estadounidenses han examinado los “ftalatos” en los cosméticos y, hasta ahora, encuentran pocos motivos para preocuparse. En el 2000, por ejemplo, el Programa Nacional de Toxicología, una división del Departamento de Salud y Servicios Humanos, halló que el riesgo de exposición a “ftalatos” debido al barniz y otros cosméticos es para la mayoría de las personas de mínima a insignificante. La Oficina de Alimentos y Fármacos no ha encontrado riesgos por usar maquillaje que contenga “ftalatos”, según una vocera.


No es sorprendente que la industria de los cosméticos encuentre también poco de qué preocuparse. En 2003, la comisión de Revisión de Ingredientes de Cosméticos, un grupo de investigación financiado por la Sociedad de Cosméticos, Artículos de Tocador y Fragancias, revisó la investigación de tres “ftalatos” usados en cosméticos -DEP diethyl ftalato), DMP (dimethyl ftalato) y DBP (dibutyl ftalato)- y llegaron a la conclusión de que no hay evidencia de que sean perjudiciales para los humanos. “Puedo asegurarle al público estadounidense que dichas sustancias son seguras”, afirmó la doctor Wilma F. Bergfeld, presidenta de la comisión de revisión y jefa de investigación clínica de dermatología de la Clínica Cleveland.

También son omnipresentes. Cuando los científicos del Centro para la Seguridad en la Comida y la Nutrición Aplicada de la OAF analizó la constitución química de 48 cosméticos de consumo -incluyendo productos para el cabello, desodorantes, lociones, cremas, barnices para uñas, fragancias y lavados para el cuerpo- hallaron por lo menos un “ftalato” en la mayoría de ellos. Los “ftalatos” suelen ser usados para que las esencias y los colores duren más.

Asimismo, las sustancias fueron halladas en algunos repelentes de insectos, detergentes, productos de vinil como abrigos y cortinas para regadera, equipo médico y empaques de comida (las sustancias ayudan a hacer flexibles los plásticos).

Las personas absorben las sustancias mediante la piel o la base de las uñas o las ingiere en los alimentos o la respira en el aire. Un estudio realizado en el 2000 por los Centros para el Control de Enfermedades reveló que más de 75% de los estadounidenses examinados mostraba rastros de “ftalatos” en su orina.

La investigación con humanos “no es realmente suficiente para formar ninguna conclusión firme”, según Antonia Calaphat, jefa del laboratorio de productos de cuidados personales del Centro Nacional para la Salud Ambiental, una filial de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La OAF sigue observando la investigación de los “ftalatos”. “El siguiente paso para la OAF es obtener una estimación de la exposición y una valoración de los riesgos”, señaló su vocera. “Si determinamos que representan un riesgo para la salud, adoptaremos medidas para proteger el bienestar del público estadounidense”.

Entretanto, Thun recomienda una mente abierta. Aunque sería indebido que las agencias reguladoras ignoren el peligro potencial de los “ftalatos” con base en lo que se sabe, aseguró, la investigación no les da a los consumidores ningún motivo de pánico.

“Actualmente hay pocas o ninguna pruebas de que los cosméticos causen graves problemas para la salud”, aseguró. “Siempre hay una parte que asegura que hay efectos graves para la salud a causa de los cosméticos que no son adecuadamente reglamentados y otra parte que afirma que todo está bien. Sin duda, la verdad se encuentra en un punto medio entre ambos”.
APARTADO: LAS ETIQUETAS PUEDEN OCULTAR LA PRESENCIA DE ‘FTALATOS’


Los puristas que tratan de evitar los “ftalatos” en sus cosméticos encuentran que no siempre es fácil, debido a que los “ftalatos” rara vez son incluidos en las etiquetas. Las sustancias suelen ser usadas como componentes de fragancias (para asegurarse de que las esencias duren más). Y aunque la OAF exige que la mayoría de los ingredientes sea enumerada, la entidad ofrece una evasiva para las fragancias. Sus fórmulas son considerados secretos del propietario, por lo que el fabricante puede usar simplemente el término genérico “fragancia”.

Esta evasión se aplica no solamente a los perfumes, sino a toda esencia utilizada en lápices labiales, humectantes, champús o mascarillas. En general, los “ftalatos” serán colocados en una etiqueta solamente cuando son usados con fines no relacionados con la fragancia: para que los colores duren más por ejemplo, o que los fijadores para cabello sean más flexibles y el barniz de uñas sea más duradero.

No es suficiente elegir una producto sin esencia, ya que se les añaden fragancias para disimular, que con frecuencia contienen “ftalatos”. Es posible que los productos que no enumeran ni “fragancias” ni “ftalatos” estén libres de las sustancias.

Una manera de rastrear los productos sin “ftalatos” es consultar con la Campaña en Pro de Cosméticos Seguros, que busca prohibir los “ftalatos” en los productos de belleza estadounidenses. En 2002, el grupo envió 72 productos a un laboratorio y halló que los “ftalatos” están presentes en 52 de ellos.

Entre los productos en los que el laboratorio no encontró “ftalatos” se cuentan la Crema de Manos Neutrógena, la Loción Sanadora de Cuidados Intensivos Vaselina, y el Fijador de Estilo Aussie Mega.


Fuente: NYT