Las isoflavonas de soja fortalecen los huesos
La genisteína, un fitoestrógeno natural derivado de los productos de la soya, funcionó mejor que un placebo para forjar densidad mineral ósea en un estudio de dos años de mujeres italianas mayores posmenopáusicas.
Después de dos años, las que tomaban el producto de la soya tenían mejor densidad mineral ósea que las que tomaban el placebo. "[Incluso] después de un año, había una diferencia clara entre las mujeres que recibieron la genisteína", aseguró Steven Wilson, bioestadístico del National Jewish Medical and Research Center de Denvery coautor del estudio publicado en la edición del 19 de junio de Annals of Internal Medicine.
La investigación fue financiada por el ministerio de educación italiano y la Universidad de Messina, Italia.
La genisteína es una isoflavona, un tipo de fitoestrógeno que se halla abundantemente en los productos de los fríjoles de soya. Los expertos que la estudian esperan que pueda forjar los huesos sin efectos secundarios adversos, como mayor riesgo de enfermedad cardiaca y ciertos tipos de cáncer, relacionados con la terapia de reemplazo hormonal.
En el estudio, un equipo dirigido por el Dr. Francesco Squadrito de la empresa hospitalaria del policlínico de Messina asignó aleatoriamente a 389 mujeres que habían pasado de la menopausia (entre los 49 y los 67) para que tomaran 54 mg de genisteína a diario durante 24 meses o un placebo.
Tanto la genisteína como el placebo contenían además calcio y vitamina D, que se sabe que forjan los huesos. Las dosis diarias fueron de 500 mg de calcio y de 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D.
Las mujeres tenían osteopenia, que se define como una densidad mineral ósea inferior a lo normal pero no lo suficientemente baja como para ser clasificada como osteoporosis, una afección de menor densidad ósea que hace que los huesos sean vulnerables a las fracturas peligrosas.
Los investigadores se concentraron en evaluar la densidad mineral ósea de la espina lumbar y la cadera, realizaron medidas de densidad mineral ósea al comienzo del estudio y de nuevo a los 12 y a los 24 meses.
Luego de apenas un año, "el hueso no sólo había dejado de deteriorarse sino que en realidad comenzó a reformarse y se hizo más denso", aseguró Wilson. "El grupo del placebo, que seguía recibiendo una dosis normal de calcio y vitamina C, continuó, desafortunadamente, su deterioro", aseguró al referirse al declive relacionado con el envejecimiento de la densidad ósea que tiene lugar después de la menopausia a medida que se reducen los niveles de estrógeno.
En el estudio, los que tomaron genisteína no presentaron mayor espesor del endome
trio, lo que, según los investigadores, podría ser un problema con algunos tratamientos hormonales para menor densidad ósea. El grupo de la genisteína sí tuvo más efectos gastrointestinales secundarios, en comparación con el grupo que no la tomó.
La soya tiene el potencial de forjar huesos, aunque sigue haciendo falta investigación, agregó el Dr. Frank Sacks, profesor de medicina del Hospital Brigham and Women's y de la Facultad de salud pública de la Harvard en Boston. "Hay problemas de seguridad con los fitoestrógenos de la soya" relacionados con el cáncer de seno y de útero, recalcó.
"Este estudio no va a cambiar la visión general [entre muchos de los expertos] de que los complementos de fitoestrógeno de la soya no deberían tomarse", aseguró Sacks.
Después de dos años, las que tomaban el producto de la soya tenían mejor densidad mineral ósea que las que tomaban el placebo. "[Incluso] después de un año, había una diferencia clara entre las mujeres que recibieron la genisteína", aseguró Steven Wilson, bioestadístico del National Jewish Medical and Research Center de Denvery coautor del estudio publicado en la edición del 19 de junio de Annals of Internal Medicine.
La investigación fue financiada por el ministerio de educación italiano y la Universidad de Messina, Italia.
La genisteína es una isoflavona, un tipo de fitoestrógeno que se halla abundantemente en los productos de los fríjoles de soya. Los expertos que la estudian esperan que pueda forjar los huesos sin efectos secundarios adversos, como mayor riesgo de enfermedad cardiaca y ciertos tipos de cáncer, relacionados con la terapia de reemplazo hormonal.
En el estudio, un equipo dirigido por el Dr. Francesco Squadrito de la empresa hospitalaria del policlínico de Messina asignó aleatoriamente a 389 mujeres que habían pasado de la menopausia (entre los 49 y los 67) para que tomaran 54 mg de genisteína a diario durante 24 meses o un placebo.
Tanto la genisteína como el placebo contenían además calcio y vitamina D, que se sabe que forjan los huesos. Las dosis diarias fueron de 500 mg de calcio y de 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D.
Las mujeres tenían osteopenia, que se define como una densidad mineral ósea inferior a lo normal pero no lo suficientemente baja como para ser clasificada como osteoporosis, una afección de menor densidad ósea que hace que los huesos sean vulnerables a las fracturas peligrosas.
Los investigadores se concentraron en evaluar la densidad mineral ósea de la espina lumbar y la cadera, realizaron medidas de densidad mineral ósea al comienzo del estudio y de nuevo a los 12 y a los 24 meses.
Luego de apenas un año, "el hueso no sólo había dejado de deteriorarse sino que en realidad comenzó a reformarse y se hizo más denso", aseguró Wilson. "El grupo del placebo, que seguía recibiendo una dosis normal de calcio y vitamina C, continuó, desafortunadamente, su deterioro", aseguró al referirse al declive relacionado con el envejecimiento de la densidad ósea que tiene lugar después de la menopausia a medida que se reducen los niveles de estrógeno.
En el estudio, los que tomaron genisteína no presentaron mayor espesor del endome
trio, lo que, según los investigadores, podría ser un problema con algunos tratamientos hormonales para menor densidad ósea. El grupo de la genisteína sí tuvo más efectos gastrointestinales secundarios, en comparación con el grupo que no la tomó.
La soya tiene el potencial de forjar huesos, aunque sigue haciendo falta investigación, agregó el Dr. Frank Sacks, profesor de medicina del Hospital Brigham and Women's y de la Facultad de salud pública de la Harvard en Boston. "Hay problemas de seguridad con los fitoestrógenos de la soya" relacionados con el cáncer de seno y de útero, recalcó.
"Este estudio no va a cambiar la visión general [entre muchos de los expertos] de que los complementos de fitoestrógeno de la soya no deberían tomarse", aseguró Sacks.
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