Viaje al epicentro de la innovación ciudadana

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Innovación social para el empoderamiento y autogestión de la ciudadanía. En el libro Pasado Mañana: viaje a la España del cambio, Bernardo Gutiérrez, “mapea” ese ecosistema de iniciativas en todo en el Estado. La sociedad, en ebullición.

La Factoría Cívica, en Valencia.

Más allá del fragor político, algo se está cociendo en España. Nuestro país se está convirtiendo en el gran referente de innovación social, y tienen que venir de fuera para hacernos abrir los ojos… “Todos los caminos llevan a las ciudades españolas, donde se está experimentando con herramientas de empoderamiento ciudadano como en ningún lugar del mundo”, advierte Geoff Mulgan, al frente de Nesta, el gran catalizador de la innovación en el Reino Unido, que eligió a conciencia Madrid como meta del proyecto D-CENT (Tecnologías Descentralizadas de Participación Ciudadana).

Desde su mirador en el Medialab-Prado, Bernardo Gutiérrez lleva tiempo oteando ese nuevo horizonte del que habla Mulgan y que se extiende ya por toda nuestra geografía. Investigador y periodista, Gutiérrez pasó una larga década en Brasil hasta que decidió regresar, atraído por el magma social que se generó a partir del 15-M.

"Llega esa generación de jóvenes del 15-M, muy digitales y muy bien informados, aprovechan la cultura en red y activan la inteligencia colectiva”

El resultado de esa experiencia es Pasado Mañana: viaje a la España del cambio (Arpa Editores), un “mapeo” sin precedentes de todo ese ecosistema de iniciativas que se va ensanchando día a día, con epicentro en Madrid y Barcelona y con ramificaciones en Valencia, Zaragoza, Coruña y demás ciudades innovadoras.

"Pasado Mañana es un espacio que tenemos ahí, a la vuelta de la esquina, y que poco a poco se va haciendo más visible”, asegura Bernardo Gutiérrez. “El debate político nos impide a veces apreciar ese ecosistema que hay detrás, y que ha sido creado en la última década por los propios ciudadanos”.

 


Bernardo Gutiérrez, autor de Pasado Mañana: viaje a la España del cambio.

 

“Todo ese andamio de acciones y proyectos, impulsados muchas veces por arquitectos y no por activistas, han abierto las puertas al urbanismo colaborativo”, advierte Gutiérrez. “Se redefine la noción del espacio, entramos en el paradigma de lo público-común, y luego llega esa generación de jóvenes del 15-M, muy digitales y muy bien informados, que aprovechan la cultura en red y activan la inteligencia colectiva”.

“Es curioso cómo España se ha ido convirtiendo en uno de los epicentros de la denominada innovación ciudadana, una vuelta de tuerca de la innovación social que coloca a los propios afectados como protagonistas”, apunta el autor de Pasado Mañana. “El nuestro ha sido el país del mundo con más licencias de 'creative commons'. Puntuamos también muy alto por el número de 'fab labs' de impresión digital. Nuestras ciudades se han llenado de espacios de co-working”.

"Estamos ante una auténtica revolución ciudadana donde el compartir, el tejer en red y las prácticas cooperativas chocan frente a una realidad económica 'estatal'"

“Estamos ante una auténtica revolución ciudadana donde el compartir, el tejer en red y las prácticas cooperativas chocan frente a una realidad económica 'estatal' que es un calculado obstáculo para que la sociedad no se empodere del todo”, asegura Bernardo Gutiérrez, que pone como contrapunto el espíritu de colaboración entre las eternas rivales: Madrid y Barcelona.

“El caso del software Consul, que es la base de Decide Madrid, simboliza a la perfección la sintonía entre las dos ciudades”, explica el autor de Pasado Mañana. “Al ser software libre, puede ser replicado y mejorado. Decidim Barcelona está basado también en Consul, y ahí comienza la colaboración intensa entre las dos ciudades, a partir de sus plataformas de participación ciudadana, y trabajando en conjunto en cuestiones de urbanismo como las 'supermanzanas', o en proyectos de economía social, agenda feminista y un largo etcétera”.

 

 

Sin afán de barrer para casa, Bernardo Gutiérrez despliega sobre la mesa el abanico de iniciativas ciudadanas en la capital, que vuelve a palpitar como en una secuela “digital” del movimiento vecinal de los años ochenta. Los Madriles.org fue el primer atlas de experiencias colectivas, como Central Orcasitas (que produce energía renovable), Vaciador34 (el espacio de agitación cultural de Carabanchel) o Karakolas.org (conectando a productores sostenibles de todo el estado).

Intermediae lleva diez años marcando la pauta de innovación urbana desde el Matadero y el Medialab-Prado –en la antigua Serrería belga- se ha convertido en referencia europea de experimentación digital. El proyecto Experimenta Distrito aspira ahora a replicar la experiencia por barrios, mientras que el Proyecto Mares (subvencionado con 4,8 millones de euros de la UE) pretende poner en marcha iniciativas urbanas en torno a cinco ejes: alimentación, movilidad, energía, reciclaje y cuidados.

Imagina Madrid, Madrid Escucha, Autofabricantes o WikiMujeres son otros de los proyectos que destaca Bernardo Gutiérrez en la capital, donde nada sería posible sin el ecosistema alimentado por el Vivero de Iniciativas Ciudadanas, Paisaje Tranversal, Todo por la Praxis, Civic Wise “y muchas otras iniciativas que me dejo en el tintero”.

La geografía de la innovación ciudadana se extiende de norte a sur, de Zaragoza –“donde hay en marcha proyectos realmente fascinantes”- a Valencia –con su Factoría Cívica- o A Coruña con el Co-Lab. “En general hay una efervescencia potentísima en todas las ciudades que poco a poco va afinándose en la España rural”, sostiene Gutiérrez, que nos invita a poner todo lo que está pasando en un contexto global.

 

 

“Estamos viviendo ya muchísimas prácticas de lo que Paul Mason denomina “postcapitalismo”, con una cooperación cada vez mayor de la ciudadanía, una consumo más selectivo y unas pautas de producción alejadas de los viejos patrones industriales”, sostiene el autor de Pasado Mañana. “Avanzamos también hacia la sociedad de “coste marginal cero” de la que habla Jeremy Rifkin, en la que el propio capitalismo ha trastocado su propia lógica con el desarrollo tecnológico”.

Pasado Mañana es algo así como un inventario de la “gran transición”, que va más allá de la que todos conocemos y que tiene sus patas en la nueva economía, en la sostenibilidad y en la “tecnopolítica”… “Lo que hace falta ahora son nuevas leyes que permitan un mayor empoderamiento y autogestión de la ciudadanía: un apoyo claro a la economía en red orientada hacia el bien común”.