Madrid, como Marrakech

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Un estudio predice que la temperatura máxima en la capital puede subir 6,4 grados de aquí al 2050

La temperatura máxima en la capital de España podría subir hasta 6,4 grados en el mes más cálido (y la temperatura media del año en torno a dos grados) de aquí al 2050, según un estudio auspiciado por la Universidad ETH de Zurich y publicado la revista científica Plos One.

La investigación adivierte que un largo centenar de ciudades en todo el mundo  ufrirán “condiciones climáticas nunca experimentadas antes”, en un escenario de aumento global de las temperaturas de dos grados centrígrados, como consecuencia del incremento de las emisiones de gases invernadero a mediados de siglo.

El estudio comparativo llega a la conclusión de que el clima en algunas ciudades se parecerá en el 2050 al que hoy por hoy experimentan otros centros urbanos situados hasta mil kilómetros más cerca del Ecuador. Londres, como Barcelona; Estocolmo como Budapest; Seattle como San Francisco; Nueva York como Virginia Beach…

La temperatura máxima en la capital británica podría subir hasta 5,9 grados en verano y ponerse a la par con Barcelona, lo que dejaría expuesta a problemas de agua, daños en la agricultura y a la necesidad de grandes inversiones en infraestructura (más de la mitad de las líneas de metro de Londres no tienen aún aire acondicionado).

El centro de Europa, especialmente golpeado por las olas de calor, estaría expuesto al aumento más acusado de las temperaturas, en ciudades como Viena o Ljubljana, la capital de Eslovenia, que podría experimentar máximas hasta ocho grados por encima de las actuales.

En la reciente ola de calor de finales de junio, Madrid llegó a registrar temperaturas récords de 41,2 grados en el aeropuerto de Barajas y de 40,4 grados en la estación del Retiro. Según el estudio comparativo del Crowther Lab de Zurich, los termómetros podrían dispararse en 2050 por encima de los 45 grados en la época más calurosa del año y acercarse a registros como los experimentados actualmente en Fez y Marrakech.

Marrakech llegó el 17 de julio del 2012 a su temperatura récord de 49,6 grados, aunque las máximas veraniegas suelen rondar hoy por hoy los 43 grados. Se trara en cualquier caso de un clima mediterráneo seco, árido y sin lluvia durante varios meses al año. La temperatura media anual ronda los 20 grados (con mínimas de seis grados) frente a la media actual de Madrid de 14,7 grados, que ascendería a 16,7 a medidados de siglo.

“Es asombroso ver los cambios enormes que se producirían ciudades del mundo, incluso con las proyecciones conservadoras que estamos manejando”, advierte Tom Crowther, profesor de Ciencia de Sistemas Ambientales de la Universidad ETH y director del estudio, que advierte cómo algunas grandes ciudades (como Kuala Lumpur, Yakarta, Singapur, Seúl, Bagdad o Pekín) se enfrenten a condiciones “nunca experimentadas en otras partes del planeta en el momento actual”.

El estudio se ha centrado en el análisis de 520 ciudades de más de un millón de habitantes y concluye que el 77% de los centros urbanos experimentarán en las próximas décadas episodios propios de regiones bioclimáticas más meridionales, debido al aumento de las temperaturas. Un 22% de las ciudades, en su mayoría cercanas a los trópicos,  tendrán que hacer frente a escenarios extremos y sin precedentes en otras regiones del planeta.

“Nos enfrentamos a grandes retos políticos y a nivel de infraestructuras hasta ahora inimaginables”, asegura Crowther, sin necesidad de recordar que el 55% de la población mundial vive hoy por hoy en ciudades y que la cifra llegará al 68% en el 2050, según estimaciones de la ONU. “El planeamiento debería haber empezado ayer. Cuando antes tomemos medidas, menor será el impacto”.

El informe publicado en Plos One ha tenido una gran repercusión en el Reino Unido, por la equiparación e Londres con Barcelona (y de Edimburgo con París). “Estamos hablando de “ilustraciones” más que de predicciones reales”, advirtió por su parte Friederike Otto, directora del Instituto de Cambio Ambiental de Oxford y coautora del estudio sobre la reciente ola de calor en Francia. “Para hacer predicciones hay que tener en cuenta todas las variables, y en concreto el nivel de lluvias en invierno en Londres puede ser precisamente el contrario al de Barcelona”, declaró la profesora Otto a The Guardian.

El estudio fue hecho público horas después de que Comité parlamentario del Cambio Climático (CCC) acusara al Gobierno británico de falta absoluta de preparación ante el previsible aumento de las precipitaciones (hasta in 47% en verano) de inundaciones y de olas de calor en un escenarios de aumento de las temperaturas entre dos y cuatro grados.

El CCC asegura que tan solo en una de las 33 áreas de actuación -desde las resiliencia ante las inundaciones al uso de la tierra o las previsibles alteraciones de las cadenas de suministro- se han producido avances. El comité parlamentario insta al Gobierno a pasar a la acción ante el cambio climático en los próximos 12 meses y alerta de tendencias como la caída en la venta de coches eléctricos o la instalación de paneles solares en los hogares por los cambios en las políticas de subvenciones.

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