El primer ministro británico promete una reducción de emisiones del 68% en el 2030

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Boris Johnson va más allá de la UE y muestra su liderazgo ante la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebrará el año próximo en Glasgow

Boris Johnson ha anunciado el compromiso del Reino Unido para una reducción de emisiones de gases invernadero del 68% en la próxima década, por encima del 60% aprobado en octubre por el Parlamento europeo y lanzando el reto a los 195 países que firmaron el Acuerdo de París hace cinco años.

“Queremos asumir el liderazgo con un ambicioso y nuevo objetivo para el 2030, y ser más rápidos que ninguna otra economía del mundo con nuestro plan en 10 puntos”, adelantó el “premier”, que se ha comprometido ya a prohibir en esa fecha la venta de nuevos coches de combustión y a abastece a todos los hogares británicos con energía eólica.

Johnson recalcó que estamos ante “un esfuerzo global” y anticipó que reclamará acción a los líderes mundiales en la cumbre de ambición climática que se celebra el 12 de diciembre en Francia, como anticipo de la COP26 de Glasgow, que tuvo que ser aplazada un año por la pandemia.

Antes del 31 de diciembre, los países que se han adherido al Acuerdo de París deberán presentar a la ONU sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs, por sus siglas en inglés). El presidente electo Joe Biden ha anunciado por su parte su voluntad de volver al acuerdo del cambio climático un mes después de su toma de posesión, el 20 de enero.

Biden ha indicado su disposición a suscribir el compromiso de “emisiones cero” para el 2050, mientras que el presidente Xi Jinping ha anticipado ya que China llegará a esa meta “antes del 2060”. Boris Johnson ha recordado cómo el Reino Unido fue el primer país del G7 en suscribir el “cero neto” (el punto en que se absorbe una cantidad de CO2 equivalente a la que se emite) a medidos de siglo, un objetivo respaldado ya por más de ochenta países.

El anterior compromiso del Gobierno británico era del 53% en la reducción de las emisiones en el 2030. Pese al salto cualitativo al 68%, los grupos ecologistas han expresado su parcial decepción por considerar que el país organizador de la COP26 podía haber llegado al 75%.

Expertos como el economista Nicholas Stern, autor del primer informe global sobre el impacto económico del cambio clmático, estima que el Gobierno británico debería llegar al menos al 70%  y recalca cómo el recorte de emisiones es cada vez más asequible por la caída de los costes de las renovables. “El “premier” ha entendido finalmente que estamos ante un oportunidad de crecimiento y no ante un peso para la economía”, declaró Stern a The Guardian. “Pero hará falta unas grandes invesiones y una apuesta por la innovación”.

Como contrapunto al Brexit, Johnson ha prometido poner a su país al frente de la revolución industrial “verde”, con la creación de 250.000 puestos de trabajo, la inversión del equivalente a 13.500 millones de euros y el potencial para atraer 45.000 millones de inversiones privadas en la próxima década.

La organización Cimate Action Tracker ha estimado que con los nuevos compromisos anunciados a largo plazo, el aumento de las temperaturas con respecto a la época preindustrial sería de 2,1 grados, no muy lejos del techo de dos grados (“prosiguiendo los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados”) del Acuerdo de París.

En un discurso apremiante en Nueva York, el secretario general de la ONU António Guterres ha urgido a los líderes mundiales a la acción a corto plazo, no solo en el frente de la crisis climática sino en ante la pérdida de biodiversidad o el aumento alarmante de nuevas enfermedades zoonóticas como el Covid19: “La humanidad está en guerra con la naturaleza, y eso es algo suicida. La naturelaza siempre golpea de vuelta, y lo está haciendo cada vez con más fuerza y más furia”.

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