El niño que quiere plantar un billón de árboles

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Félix Finkbeiner, fundador de Plant for the Planet, impulsa el proyecto “hacer de Mallorca un vergel”.

Se llama Félix, como nuestro añorado “amigo”, y su misión en la vida podría muy bien titularse: “El niño y la Tierra”. Desde los nueve años, sin quitarse sus inconfundibles gafas, este chaval alemán ha logrado dar una auténtica lección a los adultos, arropado por 36.000 niños de todo el mundo en la plantación más masiva que imaginarse pueda. Objetivo: un billón de árboles en el 2020.

Plant for the Planet, que así se llama su iniciativa, ha echado raíces en un largo centenar de países, entre ellos España. Y Félix Finkbeiner (nombre completo) ha pasado por Mallorca –en el encuentro de Educación para la Vida- con la idea de convertir la isla en un vergel. Más de 50 niños y jóvenes participaron en su singular Academia, consagrada a todo lo que se puede hacer aquí y ahora ante el cambio climático.

“El problema es que mucha gente piensa que la crisis del clima no les va a afectar”, sostiene Félix, cumplidos ya los 17 y afincado en Londres, donde estudia Relaciones Internacionales. “Algunos intuyen que el cambio climático puede afectar como mucho a sus hijos o a sus nietos, pero prefieren ignorar la sospecha. Es la típica conducta humana: no reaccionamos ante el peligro hasta que lo tenemos encima”.

“Aunque lo que ocurre es también el resultado de los miles de millones de dólares que la industria del petróleo ha pagado a los lobbies”, matiza el fundador de Plant for the Planet. “Por eso es muy importante que los niños y los jóvenes intentemos crear conciencia y buscar soluciones a la crisis climática. Creemos que la educación y las campañas a gran escala pueden hacer abrir los ojos ante lo que está ocurriendo”.

Félix “abrió los ojos” a los nueve años, cuando hizo un trabajo en el colegio sobre el cambio climático. El poderoso influjo de su padre, Frithjof, tendiendo puentes entre la economía y la ecología, pesó lo suyo. Pero la inspiración más directa le vino de Wangari Maathai, la activista keniana y premio Nobel de la Paz, empeñada en plantar 30 millones de árboles en Africa.

Pensó Félix que esa idea se podía trasplantar a su escuela, y después a otra escuela, y finalmente a toda Alemania, hasta llegar al millón de árboles en tres años. Sin descuidar los estudios, a base de entusiasmo y organización, Félix consiguió que las ramas de Plant for the Planet se propagaran por los cinco continentes.

A los trece años dio su emblemático discurso en la ONU, con tirón de orejas a los adultos: “Desde hace décadas conocéis los efectos del cambio climático y no habéis hecho nada, así que tendremos que hacerlo los niños”… Con la campaña “Dejad de hablar y empezar a plantar” dio la vuelta al mundo, y en el 2011 impartió la primera Academia en España, invitado por el entonces Príncipe Felipe…

“Empezamos en Girona con los primeros 60 niños, tenemos ya una sede de nuestra fundación en Barcelona y hemos celebrado 18 Academias en España de las que han salido más de mil 'embajadores' climáticos”. Estoy convencido de que los niños y jóvenes de Mallorca responderán con el mismo entusiasmo y se implicarán en las plantaciones de árboles, en las presentaciones y en campañas de concienciación”.
    A sus 17 años, Félix ya no es obviamente un niño, pero se ha propuesto dar continuidad a su trabajo y tender puentes entre generaciones: “Como una red de jóvenes adultos, de los puntos más dispares del planeta, tenemos realmente la capacidad para cambiar el mundo. Muchos de los niños con los que empecé, como Yugratna en India, son muy activos y están recogiendo ahora la cosecha de estos ocho años. En mayo celebramos nuestra primera Cumbre de la Juventud y entregamos un manifiesto de nuestra generación a los Gobiernos. Nuestras dos metas son plantar un billón de áborles e impulsar una revolución energética global”.

“Pero los políticos y los responsables de las grandes corporaciones solo piensan a corto plazo”, reconoce Félix. “Solo si pensamos y actuamos como ciudadanos del mundo lograremos ese cambio de paradigma, y para eso necesitamos líderes a todos los niveles de la sociedad, para alcanzar una masa crítica”.

Plant for the Planet calienta ya motores para la Cumbre del Clima de París, donde los “embajadores” infantiles pondrán sobre la mesa la espinosa cuestión de la “justicia climática”: “¿Por qué los europeos o los norteamericanos podemos emitir treinta o cuarenta veces más CO2 que un africano?”.

Félix recordó a su paso por Mallorca lo importante que será que el aumento de las temperaturas no supere los dos grados y que se avance hacia un mundo de emisiones cero en el año 2050… “En los últimos ocho años hemos logrado plantar 14.000 millones de árboles con la ayuda de las empresas, los gobiernos y los adultos. Si llegamos al billón de árboles, seremos capaces de 'secuestrar' hasta un cuarto de las emisiones de CO2 causadas por los humanos y ganar un tiempo muy valioso”.

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