El coste de la desigualdad

23.01.2012
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Asistimos atónitos al expolio de las clases medias y de las más pobres por parte de las grandes fortunas. Es como vivir la historia de Robin Hood, pero al revés, y la cumbre de Davos es la escenificación de ese expolio.

En plena crisis, o gracias a ella, los 100 más ricos del planeta ingresaron el último año 240.000 millones de dólares y elevaron su fortuna colectiva a 1,9 billones, el equivalente al Producto Interior Bruto de Gran Bretaña y sus 62 millones de habitantes, ahí es nada.

Con su cosecha del 2012, los 100 más ricos habrían tenido bastante para acabar cuatro veces con la pobreza extrema de 1.290 millones de humanos, que viven con menos de 1,25 dólares al día. Pero no caerá esa breva… El dinero se les irá en aviones privados, yates de lujo, palacetes en sus islas del tesoro o mansiones de 400 millones de euros en Londres.

“La explosión de riqueza y los ingresos extremos están exacerbando la desigualdad y dificultando la capacidad mundial para atajar la pobreza”, denuncia el último informe de Oxfam (“The cost of inequality”), a tiempo para el cónclave de los ricos más ricos en paraíso blanco de la plutocracia.

De Davos a Dubai, la ostentación insultante del 1% clama ya al cielo. Ahí están, como cada invierno, los 2.500 ejecutivos, financieros, banqueros y políticos del Foro Económico Mundial, debatiendo estos días sobre el “dinamismo resiliente” de la economía. Ellos se entienden…

¿Por qué los ricos son cada vez más ricos? Por una sencilla razón, si hacemos caso a Robert Wade, economista de la London School of Economics & Political Science, “porque en los años anteriores a la debacle económica del 2008 hubo una 'trasferencia' de 1,5 billones anuales del 90% de la población al 10% más rico sólo en Estados Unidos. Porque los recortes de impuestos han permitido una redistribución de la riqueza a la inversa”. Y así seguimos…

“Es increíble que algo así pueda seguir ocurriendo en una democracia”, nos reconocía Richard Wilkinson, autor de The Spirit Level (editado en España como Desigualdad: un análisis de la (in)felicidad colectiva (Turner Publicaciones). Se diría que una mano invisible está haciendo lo que Robin Hood, sólo que al revés: quitar a los que menos tienen para dárselo a los más ricos.”

“Y la situación se ha agudizado incluso con la crisis”, apunta Wilkinson. “El sistema sigue en manos de unas élites que manejan el sistema financiero de espaldas a la población y al bien común. La desigualdad sigue creciendo, y ésa es precisamente la raíz de los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad.”

¿Qué cabe esperar cuando un directivo cobra 100, 200 y hasta 400 veces más que sus empleados? ¿Cómo se concibe que los altos ejecutivos de las cien principales compañías que cotizan en la bolsa de Londres se aumenten el sueldo un 49% en plena ciris? ¿Quién ha consentido que el 20% de la población acumule el 84% de la riqueza, como ocurre en Estados Unidos?

El reparto es tan desigual y la riqueza está tan concentrada que convendría hablar no ya del 1%, sino del 0,1%, tal y como apunta Chrystia Freeland, autora de Plutócratas: el ascenso global de los superricos. Freeland, ex subdirectora del Financial Times, habla precisamente de Davos como “la pasarela de cualquier aspirante a plutócrata (preferentemente ruso, chino, árabe o indio) que quiera conquistar la escena internacional”.

Para Aditya Chakrabortty, otro economista “disidente”, Davos es algo así como “una película de acción en la que los ricos confabulan para hacerse aún más ricos”. “Por un lado predican el fundamentalismo del libre mercado”, escribe Chakrabortty en The Guardian. “En privado practican exactamente lo contrario”. Y así les va…

Davos es en realidad un club privadísimo, que cobra 55.000 euros por derecho de "pernada". Sus sesiones "privadas", con acceso directo a personajes como Bono o Sharon Stone, cuestan la friolera de 115.000 euros. Eso sí que es una auténtica realidad "paralela"...

España, por cierto, hace el número siete de Europa por las grandes fortunas amasadas por los más ricos. En el país del 25% de paro, los 200 más pudientes han aumentado sus ingresos un 8,4% el último año y sus riquezas combinadas superan los 145.000 millones de euros, según El Mundo. Basta con abrir las páginas del ¡Hola! para comprobar, efectivamente, que la crisis no le ha hecho siquiera cosquillas a los ricos.

“No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza por unos pocos beneficiará inevitablemente a muchos”, advierte el director ejecutivo de Oxfam, Jeremy Hobbs. “Muchas veces la realidad es justo al contrario: la concentración de recursos en manos del 1% más rico debilita la actividad económica y hace la vida más difícil para el resto. Paricularmente, los que están en los peldaños más bajos de la escalera económica”.

 

Sobre el autor
Carlos Fresneda lleva media vida de corresponsal para el diario El Mundo en Italia, Estados Unidos y Gran Bretaña. En El Correo del Sol nos cuenta todo lo que se cuece en la trastienda de la actualidad diaria. Ha publicado un libro, La Vida Simple (Ed. Planeta).
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