El "adelanto" de la primavera

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Un estudio de la Universidad de Cambridge publicado por Proceedings of the Royal Society certifica que que la primavera entra ya en las islas británicas un mes antes de lo que solía.

Narcisos en flor en pleno enero. Lechuzas preparando sus nidos por las mismas fechas. Borbonesas y caléndulas desafiando con sus colores al invierno más cálido que se recuerda en el Reino Unido, con temperaturas de 15 grados el primer día del año y la sensación de que algo extraño está pasando (con el contrapunto de última hora de la tormenta Eunice).

Pues resulta que la primavera entra ya en las islas británicas un mes antes de lo que solía, según un estudio de la Universidad de Cambridge publicado por Proceedings of the Royal Society. El alarmante informe ha provocado grandes titulares, por los efectos que la floración anticipada puede tener en el funcionamiento de los ecosistemas y en la agricultura.

El estudio ha sido posible a partir de 419.354 observaciones de 406 especies de plantas desde 1793. El año que marcó el punto de inflexión fue 1986: una combinación del cambio climático y de los ciclos naturales en Atlántico Norte está detrás de este fenómeno cada vez más perceptible e inquietante en gran parte del planeta.

En Japón se registró en el 2021 la floración más temprana de los cerezos (26 de marzo) en los 1.200 años de tradición del "hanami". En España, el "veranillo de invierno" del 2019 fulminó todos los récords, y este año se ha quedado cerca, con temperaturas "más propias del mes de mayo" y superiores a 20 grados en la mitad norte.

El calor anómalo y la falta de lluvias están adelantando en nuestro país lo que se conoce como la "primavera fenológica". Según un estudio publicado en Nature Climate Change por Jian Wang (de la Ohio State University) y por Josep Peñuelas, del CSIC, la floración de los árboles podría estar adelantándose en el hemisferio norte entre 1,2 y 2,2 días por década. En países del alto riesgo por el cambio climático, como España, la primavera llegaría ya con un anticipo de una a tres semanas.

En el Reino Unido, la existencia de la base datos del Woodland Trust, con mediciones realizadas puntualmente durante más de dos siglos por los miembros del Woodland Trust, ha permitido la realización del estudio más completo hasta la fecha sobre el adelanto de la primavera.

El informe ha sido dirigido por Ulf Büntgen, profesor de Análisis de Sistemas Ambientales de la Universidad del Cambridge: "Los resultados son verdaderamente alramantes porque hay muchos riesgos ecológicos asociados a la floración anticipada".

"Los impactos del cambio climático podemos verlos en episodios como las tormentas extremas, pero hay unos efectos a largo plazo que son más sutiles y por tanto más difíciles de reconocer y cuantificar", advierte Büntgen, que nos previene contra la amenaza cada vez más palpable de la "discordancia ecológica".

"Las plantas, los insectos y otros animales dependen los unos de los otros y se sincronizan en torno a los ciclos estacionales", agrega el profesor de Cambridge. "El funcionamiento y la productividad de los escosistemas pueden verse severamente alterados por esta disrupción".

"Por ejemplo, cuando las plantas florecen demasiado pronto, una helada tardía puede matarlas, un fenómeno que conocen prácticamente todos los jardineros. Ciertas flores atraen a cierto tipo de insectos, que a su vez atraen a cierto tipo de pájaros... Pero si uno de los componentes se anticipa, se corre el riesgo de romper esa sincronía, y eso puede llevar al colapso de especies si no saben adaptarse lo suficientemente rápido".

Ulf Büntgen, nacido en Alemania, investigador también en Suiza y en la República Checa, admite que el Reino Unido parte con ventaja por la existencia esa especie de "wikipedia" de la jardinería que es el Woodland Trust: "Estamos básicamente ante una base de datos ciudadana en la que todo el mundo va a al jardín, observa lo que pasa con las flores y lo anota".

"Para entender realmente lo que el que cambio climático está causando al mundo, necesitaríamos bases de datos similares, pero aún mayores y en diversas partes  durante largos períodos de tiempo", concluye. "Solo así sabríamos realmente cómo el aumento global de las temperaturas (por encima ya de un grado con respecto a la era preindustrial) está a afectando a las distintas especies".

El estudio de la Universidad de Cambridge abarca de las costas del Canal de la Mancha a las islas Shetland en Escocia e incluye estudios comparativos con los aumentos de las temperatura. Por término medio, la fecha de floración entre 1987 y el 2019 se ha adelantado en un mes con respecto a la examinada entre 1753 y 1986. En las hierbas, el adelanto es incluso de 32 días, mayor que el detectado en los arbustos y en los árboles.

"Este año ha sido tan suave en las islas británicas que no hemos tenido casi invierno", reconoce Juliet Sargeant, jardinera premiada en el 2016 el Chelsea Flower Show, que advierte también de la creciente imprevisibilidad del tiempo y del fenómeno cada vez más habitual de las "falsas primaveras": "Una repentina subida de las temperaturas deja de pronto paso a una helada tardía: debemos estar vigilantes permanentemente".

Desde su mirador en el Kew Gardens de Londres, el botánico gijonés Carlos Magdalena certifica también cómo los narcisos, las campanillas y las galanthus o gotas de nieve florencen cada año con más premura: "Las primaveras se anticipan, los inviernos entran cada vez más tarde. Y raro es el mes que no se supera un récord: el febrero más cálido, el marzo más seco, el julio más lluvioso".