2012: año de recortes, pero también de resistencias
Ecologistas en Acción hace balance de las políticas ambientales y las resistencias sociales del 2012.
En el año que termina los recortes de derechos sociales han alcanzado un ritmo acelerado, una dimensión profunda y muy alarmante. Unos recortes que también afectan a las políticas ambientales, con incumplimientos de normativa vigente y reformas que desprotegen nuestro entorno y desamparan el futuro. Pero también este año han aumentado las resistencias, se han construido más alternativas que cuestionan el modelo vigente. La necesidad de un cambio de estructuras se ha hecho más patente en 2012, ante una crisis económica asociada estrechamente a la crisis ambiental.
Lo peor: La reforma de la Ley de Costas, que defiende intereses privados en el litoral o el aumento de cargas fiscales para la producción de energías renovables están entre los capítulos más negros de 2012 en materia ambiental. Se le suma la inacción en asuntos tan importantes como la lucha contra el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Frente al largo listado de medidas cortoplacistas y contrarias al bien común, algunas victorias invitan a seguir trabajando.
Lo mejor: Entre las victorias, el cierre de la central nuclear de Garoña, la prohibición de la técnica del fracking en varias Comunidades Autónomas o las sentencias a favor de espacios protegidos.
Políticas hidráulicas negativas: Como prueba, la intención de construir nuevos embalses, como los de Biscarrués o Alcolea.
Injusticias ambientales: Durante 2012 se ha iniciado una importante desregulación en materia ambiental. La aún no consumada reforma de la Ley de Costas, en la que se hacen primar intereses privados sobre los de la colectividad en una franja de terreno de importancia estratégica, ha sido una de las más mencionadas. Pero también, con el Real Decreto y la posterior Ley de medidas urgentes en materia de medio ambiente se han puesto trabas a los sistemas de gestión de envases más sostenibles o se han dado facilidades al comercio de los derechos del agua, con la consecuente sobreexplotación de este recurso en la cuenca del Guadiana.
Injusticias energéticas: Por su parte, la Ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, aprobada hace apenas diez días, sigue penalizando la producción de electricidad de origen renovable y no acomete las medidas necesarias para alcanzar un sistema eléctrico transparente, justo y sostenible.
Otras actuaciones desreguladoras: Ley de Montes, normativa IPPC, de Evaluación Ambiental, etc. Además, esta reducción de la ambición de la normativa ambiental se combina con su incumplimiento generalizado: calidad del aire, Directivas de Hábitats, IPPC, residuos, evaluación de impacto, agua, tratamiento de aguas residuales, etc. Por no hablar de la sobreexplotación de recursos que hay detrás de todas las propuestas de modificaciones de la PAC y la Política Comunitaria de Pesca que defiende el Gobierno español.
Menos dinero: Otro asunto importante ha sido la reducción de los presupuestos en medio ambiente, lo que este año –favorecido por la sequía– ha tenido un correlato dramático en la magnitud y extensión de los incendios forestales. En la propia administración central y en muchas CCAA los presupuestos para gestión del medio natural caen hasta un 70% con respecto a 2010. Muy significativo resulta el hecho de que los ministerios que menos redujeron su presupuesto en 2012 fueran los de Defensa y Fomento (considerando el grupo Fomento en su conjunto).
Sin control: Se debe destacar también la inacción en asuntos tan importantes como la detención de la pérdida de biodiversidad o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, hemos cumplido “por los pelos” el protocolo de Kioto, pero no por la vía de reducir las emisiones, sino mediante la compra de gran cantidad de derechos de emisión a Polonia, un país que está bloqueando medidas más ambiciosas de lucha contra el cambio climático.
La resistencia ciudadana: 2012 también ha sido un año en el que se han incrementado mucho las resistencias a este expolio de derechos sociales y ambientales descrito. De hecho, hubo dos huelgas generales, en las que se han incorporado reivindicaciones como las huelgas de consumo o de cuidados, o acciones como los bicipiquetes, y en las que Ecologistas en Acción ha tratado de incorporar contenidos ambientales, como los relacionados con el pico del petróleo y la imposibilidad del crecimiento continuo en un planeta finito. Un año en el que las mareas (verde, blanca…) han incrementado mucho su capacidad de respuesta a los recortes, sobre todo en algunos territorios, como Madrid, donde el afán privatizador está siendo especialmente virulento. Un año en el que nuevos actores, como el 25S, han retado al poder establecido con sus propuestas de rodear el Congreso.
La respuesta gubernamental a este incremento de la contestación y movilización ha sido un enorme aumento de la represión, con cargas policiales brutales, fuertes multas por acudir a manifestaciones, modificaciones legales para incrementar las penas, acusaciones falsas de delitos como el de atentado contra la autoridad… Por ejemplo, se piden varios meses de cárcel a 8 activistas de Ecologistas en Acción por el delito de haber desplegado unas pancartas en la sede central de CaixaBank.
No es de extrañar que estén surgiendo una panoplia de actuaciones para contrarrestar esta preocupante dinámica represora, entre las que destaca la creación de la Plataforma por la Desobediencia Civil.
Un año de alternativas: Afortunadamente, en 2012 siguen avanzando a paso firme muchas alternativas que vienen surgiendo desde diferentes estratos de la sociedad. Hablamos de iniciativas como el mercado social, las cooperativas de crédito, los grupos de consumo agroecológico y un largo etcétera, que plantean un modelo de relación más cooperativo que competitivo, ajustado a los límites del planeta y a las necesidades de las personas, no del capital. Ecologistas en Acción tiene una fuerte implicación en muchas de estas alternativas.
Por último, señalar que en este marco actual, una de las principales tareas que nos planteamos desde el ecologismo social es hacer llegar a la mayor parte posible de la población el mensaje que se resume con la campaña “ecologismo o crisis”: que las salidas a la crisis no pueden basarse en un crecimiento en el consumo de recursos porque el planeta no da más de sí. Al contrario, la estrategia debe ser de reparto de lo existente con criterios de equidad, justicia social sostenibilidad ambiental.
Más información sobre las actuaciones de Ecologistas en acción durante el 2013