Los tesoros de la cesta invernal (2ª parte)

Los tesoros de la cesta invernal (2ª parte)

01 Marzo 2015
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Para acabar con el repaso de los productos que no pueden faltar en nuestra cesta invernal, hablaremos de tres frutas que son auténticas joyas para nuestra salud.

La granada
Hasta febrero podemos disfrutar de esta jugosa y saludable fruta, de la que sorprende ver su bajo consumo en España, sobre todo si se tiene en cuenta que nuestro país produce casi el 95% de lo que se consume en Europa. De la granada podríamos decir sin miedo a exagerar que se trata de una super-fruta ya que es altamente antioxidante gracias a sus flavonoides y taninos, aportando un elevadísimo nivel de potasio y otros minerales así como de vitaminas A, B, C y E.

Entre sus propiedades terapéuticas encontramos que es vermífuga, diurética, hipertensiva y febrífuga, aunque donde realmente esta jugando un papel crucial es en la lucha de cánceres como el de próstata. Para sacarle el mayor provecho es importante elegir ejemplares grandes, sin marcas ni arrugas y den sensación de peso al sujetarlos con la mano.

Un truco para extraer los granos sin destrozarlos demasiado es partir la fruta por al mitad, apretar un poco sobre la piel y, sobre una fuente con el corte hacia abajo, ir golpeando suavemente con una cuchara de palo o similar sobre la piel para que vayan cayendo los granos. También podemos partirla por la mitad y pasarla por el exprimidor como si fuera una naranja para disfrutar solo de su zumo.

Muchos dirán que su principal inconveniente es que no se pueden separar las semillas de los granos pero, ¿porqué hacerlo? En estas semillas se encuentran muchas de las propiedades saludables de la granada y así daremos un toque crujiente y agridulce a ensaladas, compotas y mermeladas. Una idea original y sabrosa es decorar por encima unas tostas de cebolla caramelizada con unos granos de granada.

El caqui
Si hay una fruta que le puede hacerle la competencia con creces a los cítricos esos son los caquis, que contienen ni más ni menos que 130 mg de vitamina C por 100 g. Además, son muy ricos en carotenoides y fibra dietética, que le confieren propiedades extras antioxidantes.

Desde el punto de vista terapéutico, según un último estudio de la Universidad de Jerusalén, un consumo elevado de caqui puede reducir sustancialmente el riesgo de padecer ateroesclerosis y obstrucciones de las arterias coronarias y cerebrales. También se está estudiando cómo su consumo influye en el metabolismo de los lípidos. Hay diferentes variedades de caquis, algunos de pulpa gelatinosa y otros menos conocidos con una pulpa más dura que recuerda a la manzana pero, sea cual sea su variedad, es importante no consumirlos nunca verdes ya que por su alto contenido en taninos son tremendamente astringentes. Lo ideal es dejar que se pasen hasta que estén muy maduros y así aumente su dulzor y aromas.

Hay muchas formas de comer esta deliciosa fruta, como por ejemplo transformándolo en un batido estilo “Lassi”, mezclándolo con un yogur natural de vaca o cabra. Si tenemos muchos caquis maduros y buscamos una forma sencilla de conservarlos, podemos elaborar con ellos una gelatina. Basta con batirlos con un poco de zumo de limón e incorporar 5 g de agar-agar en polvo por litro de batido, diluido en medio vasito de agua hirviendo. Otra forma de transformar nuestros caquis es elaborando una salsa agridulce que nos va a servir de acompañamiento de cualquier plato salado. Solo hay que pochar mucha cebolla sazonada con sal, pimienta molida y nuez moscada, agregarle pulpa batida de caqui y dejar que reduzca y espese.

La chirimoya
La chirimoya, que está a punto de conseguir su sello de denominación de origen gracias a los esfuerzos desde hace años de los agricultores de “la Costa Tropical de Granada y Málaga”, es una fruta que en invierno alcanza su madurez tanto en lo que respecta a su sabor como a sus propiedades. Pero, pese a ser una fruta invernal, hay que tener cuidado de exponer la fruta a temperaturas demasiado frías, ya que pueden alterar la textura, el sabor y el color de la pulpa.

Dentro de sus propiedades cabe destacar su gran contenido en potasio, vitaminas del grupo B y su alto contenido en fibra de propiedades laxantes, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol. Es interesante mencionar una reciente investigación que estudia los efectos de un componente vasodilatador de la chirimoya, que algunos se han aventurado a comparar con los efectos de la viagra.

Pero, más allá de sus efectos sobre la salud, esta fruta merece ser incluida en nuestra alimentación por su delicioso sabor aunque para ello haya que “pelearse” un poco con sus semillas. Dos trucos importantes para utilizar esta fruta en la cocina. Primero sería vaciar la pulpa sobre un colador metálico y ayudarnos de una cuchara para separar la valiosa pulpa y el otro sería regar siempre la pulpa con un zumo de cítrico para que no se oxide.